CIUDAD DE MEXICO, 10 de mayo (APRO).- En el acompañamiento de familiares de personas desaparecidas, la representación en México de la Alta Comisionada de Derechos Humanos en México (ONU-DH) “ha constatado que los servicios forenses en México están rebasados”, pese a esfuerzos por fortalecerlos desde distintos ámbitos, resaltó Jan Jarab, encargado de dicha oficina en una carta dirigida a los integrantes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
La misiva signada por Jarab fue mencionada por la presidenta de la CIDH, Esmeralda Arosamena, en la audiencia “Desapariciones forzadas y la propuesta del Mecanismo Extraordinario de Identificación Forense”, llevada a cabo el jueves pasado en el contexto del 172 periodo de sesiones en Kingston, Jamaica.
En el texto fechado el 7 de mayo, Jarab reconoce “la apertura y voluntad” del gobierno de Andrés Manuel López Obrador para atender la situación de las desapariciones, ejemplificado con las declaraciones del mandatario de “aportar los recursos que sean necesarios para la búsqueda” de los desaparecidos, así como en la reinstalación del Sistema Nacional de Búsqueda y el diálogo sostenido con las familias de las víctimas.
Para Jarab los “encomiables esfuerzos” del gobierno de López Obrador, “se enfrentan con la falta de capacidades existentes en diversos ámbitos, en especial en relación con los servicios forenses del país”.
Sostiene:
“La ONU-DH ha constatado que los servicios forenses en México están rebasados al menos en tres sentidos: por el volumen del trabajo que enfrentan, por las condiciones materiales para la realización de las tareas y por las capacidades técnicas que se necesitan”.
El representante de Michelle Bachelet en México, apunta como consecuencia de las carencias “los miles de cuerpos y decenas de miles de fragmentos óseos sin identificar y sin que se puedan realizar las acciones mínimas indispensables para su identificación”.
En la misiva Jarab advierte que en los últimos años se han hecho esfuerzos por fortalecer los servicios forenses, acompañados por la ONU-DH y agencias internacionales, en ocasiones con la participación de familiares de víctimas, en el plano legislativo, a través de capacitaciones y la elaboración de protocolos aplicables en estados y federación, pero “resulta evidente que estos esfuerzos no han tenido los resultados esperados”.
Jarab resalta que en el último informe sobre México del Comité contra las Desapariciones Forzadas (CED), calificó como “emergencia forense” la grave situación por la que atraviesa el país en esa materia, recomendando la creación de un “mecanismo internacional de asistencia técnica forense (…) con el objetivo de proceder de manera urgente al procesamiento forense de los miles de cadáveres y restos óseos pendientes de identificación”.
En apego a esas recomendaciones, Jarab señala que, desde el punto de vista de su oficina, el mecanismo requeriría “participación internacional para apoyar directamente sus funciones, por medio de la cooperación de países y organismos con experiencia, que podría incluir, aportar personal especializado para la realización de tareas forenses, brindar soporte tecnológico, analizar restos o muestras en otros países o capacitación técnica”.
Además, requeriría la “dotación de recursos propios exclusivamente destinados para esa tarea”; el acompañamiento de organismos internacionales; la participación de las familias, organizaciones civiles y la academia “en su definición y en el acompañamiento de su trabajo”; aplicación de “procedimientos de evaluación de calidad”; transparentar los procesos y rendir cuentas; favorecer que las identificaciones contribuyan al esclarecimiento de los casos.
En la misiva, Jarab aclara que “un mecanismo de esta naturaleza no sustituiría la necesidad de una profunda reforma de los servicios forenses en México”, pues paralelo a su implementación, “se requiere avanzar en lo cambios estructurales que permitan que México cuente con un servicio forense autónomo, independiente, eficiente y con suficientes recursos para atender las necesidades del país”.
Al expresar la disposición de la ONU-DH para “apoyar los esfuerzos que se realicen en esta materia”, Jan Jarab apunta que la propuesta del mecanismo forense “responde a la necesidad señalada por la Alta Comisionada durante su reciente visita a México para que los restos humanos encontrados puedan ‘ser identificados adecuadamente y entregados dignamente a las familias (…) explorando vías como la instauración de un mecanismo extraordinario de identificación”.