México

Migrantes se juegan la vida en el lomo de La Bestia

CIUDAD DE MEXICO, 11 de mayo (EL UNIVERSAL).- Son las 02:30 horas, suena el silbato y una voz advierte que nadie puede ir sobre las tanquetas del ferrocarril debido al gas que expide, los migrantes ignoran la indicación; su pensamiento sólo se concentra en su objetivo: llegar a Estados Unidos a como dé lugar, para ello abordan el tren que los ayuda a avanzar 300 kilómetros de Arriaga, Chiapas, a Ixtepec, Oaxaca, donde subirán a otro tren que los llevará a Agua Blanca, Veracruz.

La Bestia es el tren de carga que recorre el país de sur a norte y se ha hecho popular por ser un recurrido medio de transporte para los migrantes centroamericanos que buscan cruzar México. Estas escenas no se veían desde 2014, cuando se aplicó el Plan Frontera Sur. La mayoría de las parejas que viajan con sus hijos tienen entre 20 y 35 años de edad, son originarios de los países de Honduras, El Salvador, Guatemala y, en menor número, de Cuba.

La marcha del tren inicia de madrugada, cuando hace frío y, conforme avanza el día, el termómetro va subiendo hasta alcanzar los 40 grados centígrados. Sin embargo, además del clima deben sortear otros obstáculos como los asaltos, las violaciones y los secuestros que se realizan a bordo del ferrocarril.

Pestañear está prohibido, ya que un descuido puede ocasionar que la persona acabe, en el mejor de los casos, mutilado por las ruedas del tren.

Durante el camino una escena cotidiana: un grupo de migrantes aguardan el paso de la máquina, el conductor espera a que suban y se acomoden; los que van arriba los apoyan.