Alberto Barranco Chavarría
* IMCO a la yugular de Peña
* Defienden calificadoras
* Fluye inversión extranjera
Tradicionalmente mesurado en sus críticas hacia las políticas de gobierno que enrarecen las posibilidades al exterior del país, el Instituto Mexicano para la Competitividad lanzó una andanada contra el anterior gobierno, al que exhibe como irresponsable, omiso y derrochador, con epicentro en el brutal crecimiento de la deuda integral.
Al regreso al poder del PRI, esta alcanzaba 4 billones 452 mil millones de pesos, equivalentes al 27.8 por ciento del Producto Interno Bruto. A su salida el monto fue de 8 billones 315 mil millones, el 35.3 del propio PIB.
El salto fue de 46 por ciento
En el último año del presidente Enrique Peña Nieto, el monto llegó a rebasar el 42 por ciento del ingreso total del país, monto que la Organización para la Cooperación y Crecimiento Económico (OCDE) estima como “límite prudencial”, lo que colocó al país en riesgo de degradación de su calidad crediticia.
Si antes del sexenio cada mexicano debía 37 mil 837 pesos, al final de este se había llegado a 66 mil.
En el marco, el gobierno ejerció en el sexenio un billón 823 mil millones de pesos por encima de lo que le había autorizado el Congreso. Y sin embargo, no hay obra u obras públicas que justifiquen el sobreejercicio.
La reserva principal para la construcción del fallido aeropuerto en Texcoco se sustentaba con recursos privados obtenidos por colocaciones de deuda.
Y aunque aumentó la burocracia, no hay equivalencia con salto de la deuda en el incremento del gasto corriente en el ramo. La ruta, pues, caminó en el derroche.
La administración pasada, dice el organismo fundado por el presidente del Consejo Mexicano de Comercio Exterior, Valentín Diez Morodo, no cumplió con el presupuesto, ya que subestimó ingresos y gastó más de lo presupuestado.
¿Se acuerda usted la reticencia de la Secretaría de Hacienda para aceptar la creación de un órgano civil para vigilar la disciplina presupuestal?
La alegre fiesta, que derivó en orgía, ofreció más recursos al gobierno de lo que representaban, juntas, las deudas de Petróleos Mexicanos y la Comisión Federal de Electricidad.
El análisis del organismo se sustenta en la cuenta pública de los años 2013 al 2018, en cuyo marco se sostiene que la Secretaría de Hacienda realizó un uso discresional de los recursos.
Si en el lapso la Cámara de Diputados había autorizado un gasto de seis billones 94 mil millones a las Secretarías de Estado, éste se elevó a siete billones 125 mil millones de pesos.
Sin embargo, uno de los sobre ejercicios más espectaculares del sexenio se dio en la propia Presidencia de la República.
A la presión de la opinión pública, la única explicación de la Secretaría de Hacienda al sobreendeudamiento era que se habían reforzado las reservas en materia de jubilaciones y pensiones de Petróleos Mexicanos y la Comisión Federal de Electricidad a su paso de paraestatales a empresas productivas de Estado.
¿Dónde quedó la bolita?
Balance general
Cuando el nivel de la deuda integral de México, durante el sexenio pasado, alcanzó niveles peligrosos, las calificadoras de deuda amagaron con degradar la calidad crediticia de la deuda soberana del país. Sin embargo, no lo hicieron cuando Pemex se brincó todas las trancas del terreno prudencial.
En el sexenio la deuda saltó de 864 mil millones de pesos a dos billones 64 mil millones, es decir más del 100 por ciento.
De acuerdo al exjefe del SAT, Aristóteles Núñez, las calificadoras no miden la corrupción. Tiene razón, dado que su función toral es certificar que los países o las empresas no cometan acciones imprudentes que puedan poner en peligro su capacidad de pago de deudas.
Eso fue justo, lo que la dejaron hacer en el caso de Pemex.
Siempre sí
A contrapelo de los augurios que dibujaban un escenario trágico para el país en materia de inversión extranjera directa a la llegada del nuevo gobierno, durante el primer trimestre del año el flujo alcanzó 10 mil 161 millones de dólares.
Sin embargo, del otro lado de la moneda salieron seis mil 624 millones.
Del total de ingresos, sólo el 22.8 por ciento apuntó a la creación de nuevas empresas; el resto fueron reinversión en utilidades de las existentes y cuentas entre compañías, participando mil 804 sociedades.
El mayor capital (44.31 por ciento) provino de Estados Unidos, seguido por España, Bélgica y Canadá.
Sí, pero no
Mientras la calificadora HR Ratings estima que la construcción de la refinería en Dos Bocas, Tabasco, pese a su vaticinio de un incremento de dos mil millones de dólares en su costo, para llegar a 10 mil, no provocaría una reducción en la calidad crediticia de PEMEX, JP Morgan opina lo contrario.
De acuerdo a su bola de cristal, existen más del 50 por ciento de posibilidades de que llegue la mala nueva, dado que la petrolera sigue consumiendo sus recursos disponibles.
¿Será melón…?
Buena y mala
De acuerdo a los analistas del Citibanamex el panorama, de cara a la actividad extractiva, es dual. Por un lado se vaticina un buen escenario para el Grupo México; principal productor de cobre en el país, y por otro se advierten dificultades para Peñoles, el principal productor de plata.
En la exposición de motivos, se habla de una revaloración en el precio internacional del cobre de concretarse un acuerdo entre Estados Unidos y China. El salto sería de 14 por ciento.
Del otro lado de la moneda, se auguran dificultades en el precio de la plata.