Puebla, 8 de mayo (Periódico Central/SinEmbargo).- Este día, familiares y amigos dieron el último adiós a Santiago , el pequeño de 9 años de edad que murió la noche del pasado sábado 4 de mayo al ser impactado por una bala supuestamente perdida en el estacionamiento del Hotel María Sofía , en el barrio de Santa María Xixitla, municipio de San Pedro Cholula .
Los restos de Santi , como era llamado, salieron del velatorio y posteriormente fueron llevados a la iglesia de Santa María Xixitla, donde ya era esperado por decenas de personas. Al finalizar la misa que duró aproximadamente una hora, el mariachi ya estaba preparado afuera para tocar unas canciones mientras Santi era llevado al panteón donde sería sepultado.
Afuera de la iglesia se lanzaron cohetes, confeti y dulces. Algunos niños —entre ellos los hermanitos menores de Santi— iban vestidos de blanco y llevaban globos.
La caravana de personas y automóviles salió de la iglesia y se dirigió al panteón de La Magdalena, donde finalmente, los padres, familiares y vecinos de Santi le dieron el último adiós.
Es preciso mencionar que tanto en el estacionamiento de la iglesia como atrás del panteón fue observada una unidad de la Fiscalía General del Estado, dependencia que hasta el momento no ha informado nada sobre lo ocurrido.
Como ya se informó en varias ocasiones, los familiares de Santi aseguran que la bala fue disparada al interior del estacionamiento y no provino de algún otro lugar. El menor se encontraba trabajando con su abuelito Ernesto, de 68 años de edad, cuidando y “echando aguas” a los autos.
Un video que captó el momento en que la bala impacta a Santi, muestra que los hechos ocurrieron a las 23:31 horas, pero hasta el momento no se sabe quién realizó el disparo y a quién iba dirigido.
Entre las personas que llegaron a despedirse de Santi se encontraba la profesora María Teresa Fernández, quien tuvo a Santi en tercero de kínder. Entre lágrimas, la docente dijo estar consternada por lo ocurrido, pues el pequeño, quien actualmente cursaba tercer año de primaria, era un niño muy bueno.
Debido a que mantenían comunicación, Santi le platicó a su profesora que ya trabajaba con su abuelito porque quería comprarles un auto a sus papás.
Se preocupaba por la integridad de la gente, por sus hermanitos, que no les faltara nada. En ocasiones él decía: no te preocupes mamá, dale a mis hermanitos aunque yo me quede sin comer, era un niño muy bueno, mucho muy bueno”, reprochó María Teresa.