El trabajo de los mexicanos Daniela Soto-Innes y Enrique Olvera vuelve, de nueva cuenta, vuelve a ser reconocido por la edición 2019 del World’s 50 Best Restaurants.
Ciudad de México, 25 de julio (SinEmbargo).– Los chefs mexicanos Daniela Soto-Innes y Enrique Olvera fueron reconocidos este martes durante la edición 2019 del World’s 50 Best Restaurants , celebrada en Marina Bay Sands Singapur .
Enrique Olvera destacó de nueva cuenta con su restaurante El Pujol en el ranking, subiendo de la posición 13, obtenida en el edición 2018, a la 12, siendo así el Mejor Restaurante de Norteamérica .
Sin embargo, no fue el único mexicano que destacó, la chef Daniela Soto-Innes fue galardonada con el Best Female Chef 2019 . Durante su discurso, reconoció el trabajo de su equipo:
“Para mí, el rol de un chef es el de líder, que balancea y construye un equipo. Alguien que busca inspirar al aprender algo nuevo cada día con su equipo. Con disciplina, comunicación y gracia, podemos inspirar el éxito de un individuo. Un chef no solo es el que cocina, escribe menús o crea recetas, sino el que escucha a su equipo, lo cuida y aprende cómo tratar a cada persona individualmente para que puedan que alcance su potencial máximo y consigan un estilo propio. Al final del día, se trata de valores”, comentó.
“Como una mujer mexicana que lidera un equipo diverso, creo que con cada día, cada comida, cada comensal, podemos luchar en contra de la ignorancia y prejuicios, que nos dicen que nuestras voces no deben ser escuchadas, que nuestros sueños y felicidad no importan, porque la felicidad sí importa y la podemos propagar y porque los sueños sí se hacen realidad.
En abril pasado, Daniela, de 28 años de edad, se convirtió en la chef más joven en ser nombrada como la mejor chef mujer del mundo por la lista The World’s 50 Best Restaurants.
Soto-Innes es originaria de la Ciudad de México, pero desde los 12 años se mudó a Houston, Texas, en Estados Unidos. Pero continuó viviendo las tradiciones mexicanas que ahora expresa en sus platillos.
Hasta sus 20 años fue competidora en natación y, aunque nunca tuvo la intención de ser cocinera, su madre, sus tías y su abuela, le transmitieron esa pasión por la gastronomía.
Por Redacción / Sin Embargo