CIUDAD DE MÉXICO, 7 de junio (SinEmbargo).- La dependencia de México a Estados Unidos obliga al Gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obradora una sola acción frente a las amenazas de una subida de aranceles: aplacar a Donald Trump. Eso dice la edición de The Economist que empieza a circular este viernes.
“La nueva disputa con México también podría desentrañar uno de los anteriores triunfos autoproclamados de Trump. Su reemplazo del TLCAN con el Acuerdo de Estados Unidos-México-Canadá no puede ser ratificado hasta después de las elecciones de Estados Unidos en 2020, pero muchos se estarán preguntando cuál es el objetivo de esto. Los mexicanos ahora saben que si apaciguan a este Presidente, el acuerdo que obtendrán solo durará hasta que necesite un nuevo impulso político”.
La publicación inglesa dice que a los políticos a menudo les gusta unir a sus simpatizantes a través protestas contra amenazas extranjeras. “El Presidente de México es una excepción. Aun cuando Andrés Manuel López Obrador se enfurece contra otras indignidades de la vida mexicana moderna, no se atreve a criticar a Donald Trump con demasiada dureza”.
“Esto se debe en parte a que López Obrador evita las distracciones extranjeras de su agenda doméstica de izquierda. Pero es sobre todo porque los lazos económicos de México con los Estados Unidos son tan vitales que ningún Presidente los pondría en peligro con una postura imprudente”, dice The Economist. “Ningún Presidente mexicano”.
Recuerda que Donald Trump ganó el cargo al denunciar a México como un lugar al que van “los buenos empleos estadounidenses” y de donde provienen “los migrantes malvados”.
“Ha amenazado con romper los acuerdos comerciales y cerrar la frontera. Cada vez, los funcionarios mexicanos tratan de calmarlo con cumplidos y compromisos, porque no pueden devolver el golpe con fuerza. Solo alrededor del 15 por ciento de las exportaciones de los Estados Unidos van a México, pero la friolera de 80 por ciento de las exportaciones de México se dirigen hacia el otro lado”, agrega.