Los velorios de las víctimas del alud que mató a siete personas en Santo Tomás Chautla, en Puebla, se realizan a puerta cerrada; las familias han exigido a los medios de comunicación total privacidad.
Aunque los familiares aseguraron que no necesitan a las autoridades, en la zona permanecen elementos de Protección Civil para encargarse de la limpieza de barrancas y vialidades que se mantiene llenas de piedra arrastrada por la lluvia de la tromba de ayer.
Puebla/Ciudad de México, 11 de julio (PeriódicoCentral).- En la casa de los Flores solo hay barro y arcilla, una pared endeble que quedó de pie de milagro y una gran cazuela del mole que se degustó en la fiesta de graduación que se realizaba al momento en que cayó la tromba en Santo Tomás Chautla . El cerro se llevó toda la habitación con los invitados, familiares y vecinos.
Hasta 15 personas quedaron atrapadas , siete murieron aplastadas por el barro y la archilla, y el resto permanecen heridos hospitalizados en distintas zonas de la ciudad de Puebla.
Los velorios de las víctimas del alud que mató a siete personas en Santo Tomás Chautla, en Puebla , se realizan a puerta cerrada; las familias han exigido a los medios de comunicación total privacidad.
“Tía, párate, ¡por favor! Tía quién me va a cuidar a mi niño para que yo coma. A quién voy a invitar a la casa”, grita una mujer desde una de las casas de la calle Melchor Ocampo.
En dos distintas casas de la calle Melchor Ocampo de Santo Tomás Chautla los deudos comienzan con los preparativos para los velorios de sus muertos. Entre el llanto reciben los ataúdes que llevan los cuerpos de sus familiares.
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Solo se escuchan los gritos de dolor y el murmullo del agua que no deja de correr sobre el camino pavimentado. La fuerza de la lluvia provocó la noche del 10 de julio que un alud que sepultó a los miembros de la familia Flores, quienes realizaban la graduación de uno de sus hijos que había dejado el tercer grado de la Telesecundaria José Vasconcelos. Según información de los vecinos, al menos dos de las personas heridas en el alud son alumnos de esta telesecundaria.
En la casa de los Flores se quedó la cazuela de mole; don Víctor, el abuelo de los niños muertos en el alud sigue escombrando. Hay un perro muerto también entre los escombros. “Solamente se escuchó el trancazo”, dice una vecina.
Los vecinos se asoman desde arriba y ven cómo su casa podría ser la próxima. Según el titular de la Secretaría General de Gobierno, Fernando Manzanilla , hay al menos 20 casas más que peligran alrededor de la casa de los Flores.
En Santo Tomás Chautla permanecen autoridades de Protección Civil y la Secretaría General de Gobierno quienes trabajaran en la limpieza de barrancas y caminos como la calle Melchor Ocampo, la vialidad que se mantiene llena de piedra arrastrada por la lluvia de la tromba de ayer.
Los deudos han solicitado que sus velorios sean respetados por autoridades y medios de comunicación; ellos mismos sacaron a sus muertos y aseguran que no necesitan a las autoridades. Aún se siente recelo y enojo porque consideraron que la ayuda llegó tarde.