Las imágenes de Francisco, el pequeño peón y estudiante de excelencia, se han viralizado; quiere estudiar para ayudar a su familia y a las personas necesitadas que carecen de oportunidades de desarrollo
Tuxtla Gutiérrez, Chiapas (El Universal).- El niño estudiante Francisco Ventura López sueña con un día estudiar en la universidad y “recibirse” de arquitecto o médico para superarse, ayudar a su familia y a las personas necesitadas que carecen de oportunidades de desarrollo; ahora esa meta se encuentra más cercana ante el apoyo de una institución educativa.
El niño de 10 años es originario de Comitán de Domínguez y en vacaciones aprovecha al máximo su tiempo; aumenta las horas de su jornada como albañil al lado de su papá, con quien “ensaya a construir casas”. Acomoda y distribuye los materiales como si de una vivienda se tratara.
Así es como sueña y prepara el camino "para un día ser arquitecto”. El menor se hizo viral en redes sociales al publicarse una serie de fotos donde se le ve trabajando a lado de su padre. Una universidad se ha ofrecido para darle una beca y que el pequeño puedo cumplir su sueño de ser arquitecto.
Actualmente, el niño está dedicado en sus estudios de educación primaria en los cuales ostenta 9.7 de promedio de calificación.
La familia del infante le ha inculcado los valores de la honradez y la dignidad, con el trabajo, el estudio y la dedicación.
El niño albañil con 9.7 de promedio que sueña con ser arquitecto
A golpe de pala y marro, entre el esfuerzo y la esperanza, el niño estudiante Francisco Ventura López sueña con un día estudiar en la universidad y “recibirse” de arquitecto o médico para superarse, ayudar a su familia y a las personas necesitadas que carecen de oportunidades de desarrollo.
El clima de Comitán de Domínguez es abrasador y fatiga todavía más cuando la actividad a la intemperie se realiza en contacto con materiales de construcción, como ocurre con Francisco de 10 años, que ayuda a su padre en la albañilería.
A la perseverancia y el esfuerzo físico de cargar botes rellenos de cemento, calhidra y trasladar ladrillos y bloques, el niño suma su dedicación y empeño en sus estudios de educación primaria en los cuales ostenta 9.7 de promedio de calificación.
En vacaciones escolares de julio y agosto, el menor aprovecha al máximo su tiempo y aumenta las horas de su jornada al lado de su progenitor. Al mediodía, la hora del pozol (bebida de maíz y cacao), Francisco crea un espacio para el juego y la reflexión.
Con ladrillos, alambres y restos de varillas “ensaya a construir casas”. Acomoda y distribuye los materiales como si de una vivienda se tratara. Así es como sueña y prepara el camino "para un día ser arquitecto”. Otras veces, sentado sobre bultos de cemento y cubetas hunde la mirada hacia un punto lejano, sonríe y los ojos se le vuelven más expresivos. Enseguida vuelve a su labor.
Enfundado en pantalón de mezclilla, camisola de vinil y botas de hule, Francisco no cesa de preparar la mezcla de material, con cal, cemento y arena, que en medias cubetas aproxima a su padre que pega muros y paredes. La familia del infante le ha inculcado los valores de la honradez y la dignidad, con el trabajo, el estudio y la dedicación.
Las imágenes del pequeño peón de albañil y estudiante se han viralizado y alguna institución educativa se ha comprometido a proporcionarle para que tenga ciertas facilidades de estudios.