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VERACRUZ, Veracruz, 21 de septiembre (Pie De Página).- Son las cuatro de la tarde en la calle Abeto, en una colonia de interés social al norte del puerto de Veracruz. Rosalía Castro está sentada en el sofá y Guadalupe Contreras está frente a ella. Casi no hablan, apenas tienen energía para recibir el aire fresco que viene de fuera y tomar agua o Coca Cola para refrescarse.

Hoy martes 3 de septiembre Rosalía cumple años, pero parece que da igual. Acaba de volver de caminar durante seis horas, bajo más de 30 grados centígrados y humedad que pega la ropa al cuerpo apenas pisa una la calle. Caminó una parte del terreno conocido como Kilómetro 13.5 con sus compañeros de la Brigada de Solecito, en busca de fosas clandestinas. Éste es el segundo día de toda una semana que dedicarán al lugar.

Hace apenas un mes, el 8 de agosto, este Colectivo conmemoraba el cierre de lo que se ha conocido hasta ahora como la fosa clandestina más grande encontrada en México: Colinas de Santa Fe, de donde fueron recuperados 298 cráneos (y más de 22 mil restos humanos); de este predio 24 personas fueron identificadas y a la fecha se han entregado a 18 familiares.

Pero eso no importa. Los integrantes de la Brigada siguen rastreando los terrenos que rodean la zona portuaria en busca de más posibles fosas. No hay tiempo qué perder: el terreno en cuestión es muchísimo más grande que Colinas de Santa Fe, “nos han dicho que son 300 hectáreas” y las obras de ampliación del puerto o de construcción de más vivienda de interés social avanzan a un paso veloz devorando los arenales donde se sospecha que personas fueron enterradas de manera ilegal.

“Terminamos la semana, no encontramos tesoros, pero se exploró el terreno que nos otorgaron el permiso, avanzamos, porque vamos descartando al punto que tenemos que llegar, porque las coordenadas no están bien, pero bueno, seguimos”, dice Rosalía, que busca a su hijo Roberto Carlos Casso Castro, casi vencida por el calor y el cansancio.

Ésta es la quinta vez que exploran alguna parte del terreno llamado 13.5, al que llegaron luego de que les entregaran un mapa en el año 2013 con la ubicación de posibles fosas. El rastreo lo iniciaron el año pasado cuando aún se hacían barridos en Colinas de Santa Fe para descartar más fosas. “Llegamos a este terreno por un anónimo, se escuchaba que este lugar lo usaron para llevar a los desaparecidos antes de Colinas de Santa Fe, se escuchaba que había hasta 500 cuerpos. Pero quizá nos pusieron mal las coordenadas y pues seguimos buscando”, dice Rosalía.

Lucía Díaz, fundadora del colectivo Solecito, afirma que la experiencia en la fosa de Colinas de Santa Fe les enseñó que la búsqueda es perseverancia, esfuerzo y entrega sin ataduras.

“La experiencia de Colinas nos demuestra cosas que la gente que pasa por esto no sabe. Cuando llegamos a Colinas al principio fue negativo. Al inicio pasaron 5 días y no encontramos nada. Y un día buscamos y encontramos un tórax, un cráneo y 50 huesos. Ese fue el comienzo de Colinas. Con el tiempo supimos que antes de nosotros SEIDO fue a ese mismo lugar con un delincuente y encontró cinco cuerpos, el 11 de abril de año 2015. SEIDO fue a buscar y dejó evidencia. Entonces nosotras nos fuimos a otros puntos y pasó todo. Esto es de perseverancia, por eso vamos a buscar y vamos a encontrar”, dice Lucy Díaz, que busca a su hijo Guillermo Lagunes Díaz.

“Éste es un trabajo de resistencia, de ir con autoridades, de invertirle, invertirle y no cuestionar los resultados más que seguir adelante. Perseverancia incontestable. Aunque no den resultados”, insiste Lucy, quien habla de otros espacios de búsqueda.

Por ejemplo, desde antes de cerrar Colinas de Santa Fe el Colectivo Solecito inició otros rastreos. Entre octubre del 2018 y enero del 2019 recorrieron el recinto portuario de Apiver (habían recibido un mapa de posibles fosas en esa zona), a pesar de que en un inicio el entonces gobernador Miguel Ángel Yunes les negó la posibilidad del acceso. “Las autoridades portuarias nos dejaron entrar y buscar, nos prestaron maquinaria, incluso. Revisamos el basurero, las vías, pero no encontramos, quizá porque ya habían obras de ampliación”, dice Rosalía.

En el estado, según datos de la Fiscalía General de Veracruz publicados en el sitio adondevanlosdesaparecidos.org, entre el 2006 y el 2016 se localizaron 332 fosas con 222 cuerpos, de los cuales 104 han sido identificados; además de otros 293 cráneos y miles de miles de restos óseos. Las fosas se han encontrado en una quinta parte de los municipios.

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