México

CAMPECHE, Cam., 23 de septiembre.- Desde 1997, cuando derribó a patadas la puerta de la Rectoría de la Universidad Autónoma de Campeche (UAC) hasta los tiempos actuales, Alejandro Moreno Cárdenas ha crecido mucho, pero como un político que para crecer se ha valido de la corrupción y las malas artes, al grado de que se podría decir que es uno de los personajes contemporáneos que más ha envilecido la labor política a nivel regional y nacional en nuestro país.

Desde que se empeñó como porro al servicio de la familia González Curi, hasta el papel que desempeñó como gobernador consentido de Enrique Peña Nieto, ese que le autorizó durante dos años participaciones federales desproporcionadas que fueron a parar al pantano de la corrupción, la vida de Moreno Cárdenas ha sido un tren de sucesos oscuros, en donde sobresalen la corrupción, el narcotráfico, la venganza, el desenfreno sexual e incluso no se descarta el consumo de drogas y el sexo como pago de favores políticos.

Con apenas 44 años de edad, Moreno Cárdenas inició su carrera político-delictiva bajo la tutela del exgobernador José Antonio González Curi (1997-2003), quien lo usó para expulsar en forma bochornosa a José Alberto Abud Flores de la Rectoría de la UAC, cuando este se negó a seguir permitiendo que el presupuesto universitario fuera usado con fines políticos.

“Alito”, “El Vandalito”

Fue desde ese entonces que el dueño de la Mansión de Lomas del Castillo se ganó el mote de “Alito, el Vandalito”. Por cierto, en ese entonces Moreno Cárdenas ya era también dirigente estatal del Frente Juvenil Revolucionario (FJR) y en el 2002 fue convertido en Síndico del Ayuntamiento de Campeche.

En 1997, cuando hizo las veces de sicario de González Curi, “Alito” era ya un delincuente en potencia, por lo que lo único que hizo el exgobernador y padrino político fue inducir un poco a su pupilo. Por ello, esa tarde, el ahora líder nacional del PRI no dudó en irrumpir violentamente, junto con su turba de cómplices, las oficinas de Rectoría de la UAC.

Otros de los encargos de González Curi que “Alito” cumplió satisfactoriamente fue la de lanzar huevazos a la bancada de la oposición (PRD) en el Congreso del Estado de Campeche y de paso arruinar el Muro de Honor del recinto legislativo.

En cualquier otro país medianamente democrático, un personaje como Moreno Cárdenas, quien evidentemente posee una mentalidad criminal, estaría recluido en la cárcel; sin embargo, a éste se privilegió con diversos cargos de elección popular, siempre por la vía plurinominal o representación proporcional.

De esta forma, Moreno Cárdenas fue dos veces diputado federal y una vez senador de la República, aunque sus aportes a la política han sido prácticamente nulos.

Alcohol y drogas

Quienes conocieron a Moreno Cárdenas en el ámbito universitario, saben que entre los factores que favorecieron su sombría trayectoria política fueron la homosexualidad, el excesivo consumo de alcohol y drogas.

“Alito” Moreno Cárdenas vio su nacimiento como nuevo político priista con características muy específicas: ambicioso, violento, deshonesto, traidor y corrupto.

En el medio político local, para nadie es un secreto la ausencia de pudor y moralidad de Moreno Cárdenas, para usar el sexo homosexual como moneda de cambio para conseguir favores y privilegios en el medio político local y nacional.

De otra forma no se entendería cómo en tan poco tiempo, un individuo con pésimo desempeño académico y una sombría carrera política, haya pasado en menos de dos décadas a ser uno de los personajes más ricos –y a la vez odiados– de la capital del Estado y posiblemente de todo Campeche.

Fortuna inexplicable

Entrevistado por el medio digital Revolución Tres Punto Cero, periodista especializado en cobertura de élites legislativas y crónica del poder público, opinó que desde 1997, ha protagonizado una oscura carrera política, que, además de posiciones legislativas a nivel federal, le mereció la dirección nacional del sector juvenil del PRI.

Asimismo, junto con su trayectoria política –explicó el periodista– también se fue notando un incremento desproporcionado del patrimonio del priista, situación que ha sido observada por diversos analistas del tema que han expuesto el radical cambio en la forma de vivir del también exgobernador de Campeche, quien pasó de ser residente –junto con su esposa Claudia Arceo Cabañas– de un departamento de interés social a finales de los noventa, a ser uno de los campechanos más acaudalados.

“En menos de dos décadas, ‘Alito’ pasó de ser un porro universitario a ser poseedor de una mansión en el exclusivo vecindario de La Noria, otra en Lomas del Castillo, diversas embarcaciones de lujo, oficinas propias en las lujosas ‘Torres de Cristal’ en Campeche, y una propiedad en la calle de Tennyson en la colonia Polanco. Además, dada su pasión por los autos, mantiene una multimillonaria colección de automóviles, tales como: Ferrari, Mercedes, Audi, Porsche, y BMW”, comentó David Rodríguez a la referida publicación de Internet.

La citada publicación también subraya otros aspectos que también fueron divulgados de manera oportuna por POR ESTO!, Diario de la Dignidad, Identidad y Soberanía, que incluyen inversiones en seguridad personal, como lo son escoltas y varios vehículos con blindaje del máximo calibre existente, por parte del ahora dirigente nacional del Partido Revolucionario Institucional, lo que llevó a que muchos campechanos se preguntaran ¿A qué le teme “Alito”?

El 1 de mayo del 2015, con motivo del Primer Debate rumbo a la gubernatura, la actual Alcaldesa de la Delegación Alvaro Obregón –y en ese entonces también candidata al Gobierno del Estado de Campeche–, Layda Sansores San Román volvió a acusar de corrupción al entonces también candidato de la coalición PRI-PVEM, a quien le pidió explicar el origen de los recursos que ahora tiene y derrocha. La morenista también acusó a “Alito” de abrirle las puertas de Campeche al narcotráfico.

La entonces senadora de la República solicitó a Moreno Cárdenas que explicara cómo de venir de una familia de clase media, ahora este vivía en la opulencia.

El tiempo le ha dado la razón a la política campechana, de tal forma que es probable que en un tiempo perentorio se tengan las respuestas a los cuestionamientos que no supo ni quiso responder en su momento “Alito” Moreno Cárdenas, quien de simple sicario de los priistas, pasó a convertirse en uno de los capos principales del tricolor.

(Joaquín Vargas / Primera de 3 entregas)