CIUDAD DE MÉXICO, septiembre 6 (EL UNIVERSAL).- Ayer dejó de existir el maestro Francisco Toledo en su natal Oaxaca, y allá decidió permanecer. Es incierto si sus cenizas llegarán a la Ciudad de México. Empero, hoy se le rinde un sentido homenaje en el vestíbulo del Palacio de Bellas Artes que permanecerá hasta el día de mañana.
Sin ostentación ni presunciones, así fue montada la sencilla ofrenda en honor al entrañable pintor oaxaqueño, en el vestíbulo del máximo recinto cultural del país. Con una foto de él en medio y siete de sus obras, traídas del Museo de Arte Moderno y de la Estampa, que testificaban el innegable genio de Toledo.Una chica escribe, estremecida, en el “libro de recuerdos” que el INBA colocó al pie de las escaleras principales del Palacio de Bellas Artes, para que el público dedicara unas palabras al artista Francisco Toledo: “Maestro Toledo, paisano, nos harás mucha falta en este México que está reconstruyendo sus cimientos nuevamente. Gracias por tu labor altruista, tu activismo, por tu amor a Oaxaca, a tus raíces, por tu bondad y por tu arte; los llevo en mi corazón”. Deja la pluma y sigue su camino, detrás de ella hay una decena de personas formadas, esperando plasmar su duelo por escrito.
En el mezzanine de Bellas Artes, en donde se ha despedido a muchos de los más grandes artistas que ha tenido México, se han colocado flores, canastas con maíz y algunas obras de Toledo de la colección del Museo de Arte Moderno como “La función del mago (lagarto), animal fantástico”, de 1973. En las paredes de las escaleras cuelgan papalotes, en alusión a aquellos que el artista lanzó al vuelo en 2014, con la imagen de los 43 estudiantes normalistas en Ayotzinapa, porque, dijo a la prensa entonces, a los jóvenes ya los habían buscado bajo tierra y en el agua, y ahora los volaba para buscarlos en el cielo.
Poco a poco los admiradores del artista plástico reconocido internacionalmente, fallecido el día de ayer, en Oaxaca, donde conjugó colores, formas, texturas, volúmenes y seres fantásticos que habitan su inmensa obra, se acercaron al recinto para dejar algunos ramos de flores, como Ana, de origen oaxaqueño quien, conmovida, destacó que Toledo luchó por Oaxaca como nunca nadie lo había hecho. “Hoy, el mundo puede visitar el estado y sentir su tradición porque Toledo fue un luchador incansable de su conservación y un gran promotor de su cultura”, dice.
El Coro de Madrigalistas de Bellas Artes interpreta temas en lenguas indígenas. En náhuatl cantan Teotlé, Ipalnemoani, fragmento Teocuicameh poesía náhuatl; Xopan cuicatl, tomado del libro Quince poetas del Mundo Náhuatl de Miguel León Portilla con música Guillermo Álvarez Navarro y Ma ye ya nican, texto de los Romances de los Señores de la Nueva España con música de Blas Galindo.
En el libro de los recuerdos se siguen dejando los pensamientos en honor del incansable promotor de la cultura mexicana, creador de instituciones y proyectos vanguardistas. “Gracias, Toledo, por los conejos, por el arte y por compartir tu pasión a los mexicanos”, escribe una joven.
El Palacio de Bellas Artes continuará abierto para que el público pueda acudir a contemplar algunas de las obras del artista. Mañana, habrá ofrenda musical a partir de las 12:30 horas con la Banda Sinfónica Comunitaria de Texcoco y, a las 17:00 horas, se presentará el Ensamble Escénico vocal parte del Sistema Nacional de Fomento Musical.
La Orquesta Sinfónica Nacional ofrecerá homenaje al artista zapoteco durante el primer concierto de apertura de su segunda temporada en el Palacio de Bellas Artes a las 20:00 horas de este viernes.