Los datos del Coneval también arrojan que en 2018 el 31.1 por ciento de la población indígena tenía rezago educativo. En este sector también hubo una disminución, pues venía de un 37.6 por ciento 2008. Mientras que esta carencia se presentó en 43.4 por ciento de la población hablante de una lengua indígena en 2018; esa cifra bajó con respecto del 49.9 por ciento que se registró en 2008.
Ciudad de México, 8 de septiembre (SinEmbargo).– El rezago educativo ha disminuido en los últimos diez años en México , al pasar de 21.9 por ciento a 16.9 por ciento de su población con esta condición de 2008 a 2018. Sin embargo, en el país aún hay 21.1 millones de personas que no saben leer ni escribir.
En el marco del Día Internacional de la Alfabetización, el Consejo Nacional de la Política de Desarrollo Social (Coneval) informó que en México que el rezago educativo ha disminuido en todos los grupos de la población, pero principalmente en las personas de 65 años o más, al pasar de 68.5 por ciento en 2008 a 54.5 por ciento en 2018. Aunque este grupo es el que sigue teniendo más prevalencia.
Por el contrario, las y los mexicanos menores de 18 son el grupo de población con menor prevalencia en el rezago educativo: en 2018 se trataba del 10.5 por ciento de esta población, y en 2018 la cifra bajó a 7.3 por ciento.
Los datos del Coneval también arrojan que en 2018 el 31.1 por ciento de la población indígena tenía rezago educativo. En este sector también hubo una disminución, pues venía de un 37.6 por ciento 2008.
Mientras que esta carencia se presentó en 43.4 por ciento de la población hablante de una lengua indígena en 2018; esa cifra bajó con respecto del 49.9 por ciento que se registró en 2008.
El Coneval también destaca que la población que habita en zonas rurales representa un mayor rezago educativo (28.2 por ciento) con respecto a la que vive en zonas urbanas (13.2 por ciento).
Además, a la fecha también hay una mayor presencia de esta carencia entre las mexicanas (17.4 por ciento) en comparación con los mexicanos (16.3 por ciento).
LAS RECOMENDACIONES
Finalmente, el Coneval llamó a las autoridades a que se exploren otros mecanismos de apoyo a la inclusión educativa, por ejemplo con becas de manutención de amplia cobertura, destinados específicamente a jóvenes de bajos ingresos en educación media y superior.
También llamó a construir infraestructura para fine educativos con todos los servicios y que sean de materiales duraderos para los alumnos que actualmente asisten a clases en espacios construidos con materiales precarios o con otro tipo de insuficiencias, así como proveer mobiliario suficiente y los recursos pedagógicos necesarios a todas las escuelas.
Recordó que se debe garantizar que todas las instalaciones educativas cuenten con mobiliario y materiales para personas con discapacidad.
Y finalmente pidió “incrementar la disponibilidad de instituciones públicas que ofrecen educación media superior en regiones con poca oferta de servicios y alta concentración de población potencial”.