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El Senado juró “justicia imparcial” al dar entrada al histórico juicio político contra el Presidente estadounidense / Es el tercer mandatario en la historia de ese país que será sentado en el banquillo de los acusadosEl mandatario es acusado de abuso de poder por retener ayuda militar a Ucrania, así como por prometer una reunión de la Casa Blanca al Presidente de ese país a cambio de una investigación sobre el rival con más opciones de disputarle las elecciones presidenciales, el demócrata Joe Biden

WASHINGTON, Estados Unidos, 16 de enero (AFP).- Con la solemne lectura de los cargos, comenzó este jueves en el Senado de Estados Unidos el juicio político contra el presidente Donald Trump por abuso de poder y obstrucción del Congreso.

Bajo un estricto silencio, los 100 senadores estadounidenses encargados de juzgar al mandatario prestaron juramento este jueves ante el presidente de la Corte Suprema, John Roberts, encargado según marca la Constitución de presidir el proceso.

Los congresistas de la Cámara Alta juraron “impartir justicia de manera imparcial de acuerdo con la Constitución y las leyes” frente al magistrado de mayor rango en el país, quien previamente, vestido con su toga negra, hizo el mismo juramento con la mano sobre la Biblia.

La primera audiencia del juicio en el Senado comenzará el martes a las 13H00 (18H00 GMT).

El juicio comenzó al mediodía, cuando los siete demócratas de la Cámara de Representantes designados fiscales comparecieron en el Senado para leer la acusación aprobada el 18 de diciembre en la Cámara Baja del Congreso.

Trump es acusado de “crímenes graves y delitos menores”, dijo Adam Schiff, presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara Baja, que se desempeñará como fiscal principal del juicio.

Trump “actuó de manera contraria a la confianza depositada en un presidente y subversiva para la conducta del gobierno”, continuó.

El mandatario es acusado de abuso de poder por retener ayuda militar a Ucrania, así como por prometer una reunión de la Casa Blanca al presidente de ese país a cambio de una investigación sobre el rival con más opciones de disputarle las elecciones presidenciales, el demócrata Joe Biden.

Una vez que se conoció este caso, Trump presuntamente obstaculizó la investigación del Congreso al prohibir a sus asesores testificar o proporcionar documentos, agregó Schiff.

Schiff, de 59 años y una de las bestias negras del presidente, ha supervisado la investigación contra el presidente y liderará la acusación como jefe de la Comisión de Investigación de la Cámara de Representantes.

El equipo de Schiff incluye seis parlamentarios demócratas que reflejan la diversidad de los representantes del partido. Nancy Pelosi explicó que los había elegido por su “experiencia legal” como exfiscales, abogados o incluso jefes de policía.

A pesar de las pocas posibilidades de que 20 senadores voten en contra del presidente para que se alcance el número necesario para la destitución, los demócratas esperan que el juicio saque a flote nuevos elementos embarazosos para Trump, y exigen que testifiquen cuatro asesores cercanos al presidente.

“Sabía exactamente”

La Oficina de rendición de cuentas del gobierno (GAO) concluyó en un informe publicado el jueves que la Casa Blanca violó la ley federal al suspender temporalmente los fondos aprobados por el Congreso para Ucrania.

“El cumplimiento fiel de la ley no permite que el presidente sustituya sus propias prioridades políticas por las que el Congreso ha promulgado”, indicó la GAO, organismo de control del Congreso.

Los demócratas publicaron documentos esta semana que muestran que el abogado personal de Trump, Rudy Giuliani, trabajó con el estadounidense nacido en Ucrania Lev Parnas para presionar a Kiev para que investigara a Biden.

También expusieron cómo ambos, junto con funcionarios ucranianos, trataron de expulsar a la embajadora estadounidense en el país, Marie Yovanovitch, finalmente despedida por Trump.

En una entrevista televisada el miércoles, Parnas le dijo a la cadena MSNBC que “el presidente Trump sabía exactamente lo que estaba pasando”.

“Estaba al tanto de todos mis movimientos. No haría nada sin el consentimiento de Rudy Giuliani o el presidente”, dijo.

La Constitución de Estados Unidos dedica apenas algunas líneas al proceso de destitución de un presidente, lo que otorga a los senadores un amplio margen de maniobra.

Para quienes deberán llevar adelante el juicio político contra Donald Trump en el Senado, el marco del proceso está aún incompleto, y tampoco cuentan con demasiados antecedentes que puedan servir de inspiración.

Antes del millonario republicano, solo dos presidentes enfrentaron esta prueba: Andrew Johnson en 1868, y Bill Clinton, juzgado en 1999 por haber mentido acerca de su vínculo con una becaria de la Casa Blanca llamada Monica Lewinsky.

- Las formalidades previas -

La Cámara de Representantes, controlada por los demócratas, aprobó el 18 de diciembre dos cargos contra Trump, acusándolo de “abuso de poder” y “obstrucción al Congreso” por el escándalo vinculado a Ucrania.

- Comienzo del debate -

El lunes se celebra en Estados Unidos el feriado por el aniversario de Martin Luther King, Jr., por lo que el juicio se reanudará el martes. El jefe de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, espera poder abrir la sesión con una votación, que solo requiere una mayoría simple, para establecer las reglas del juego.

Según McConnell, un proyecto de resolución que los 53 senadores republicanos están dispuestos a apoyar, prevé un marco “muy similar” al que se aplicó para juzgar a Clinton hace más de 20 años.

En aquel momento, los senadores se pusieron de acuerdo en reunirse todas las tardes; dedicar los tres primeros días a los argumentos de la parte acusatoria, los tres siguientes a los de la defensa; que las preguntas sean formuladas por escrito y leídas por el presidente de la Suprema Corte, entre otros aspectos.

Establecieron también que otros asuntos delicados serían tratados más tarde y a puertas cerradas.

- Suspenso sobre testimonios -

En 1999, después de tres semanas de juicio, los senadores se retiraron a debatir a puertas cerradas sobre el asunto de los testimonios, especialmente sobre cuál sería la forma más apropiada de tomar declaración a Monica Lewinsky.

Finalmente se pusieron de acuerdo en que la exbecaria grabara su testimonio en video. Para el juicio de Trump, los testimonios permanecen como un interrogante.

Desde tiendas demócratas reclaman que se convoque a cuatro asesores cercanos al presidente, que no fueron autorizados a comparecer ante la Cámara Baja. Sin la presencia de estos testigos, todo el proceso se convertirá en “una farsa, una reunión televisada para un juicio simulado”, dijo el lunes el líder demócrata del Senado, Chuck Schumer.

La cuestión podría resolverse obteniendo mayoría simple en una votación, lo que implicaría lograr que cuatro senadores republicanos apoyen la moción demócrata sobre esos testimonios.

Incluso cuando uno de los testigos requeridos, John Bolton, exasesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, dijo que estaba listo para responder a una convocatoria, dado el clima de resentimiento reinante no está claro cuál será el resultado de esta pulseada.

- Cierre del juicio -

Durante el juicio a Clinton, los senadores rechazaron a puertas cerradas una moción para desestimar la acusación, algo que solo requeriría una mayoría simple, y dar por finalizado el proceso luego de que ambas partes expusieran sus argumentos.

Trump coqueteó con esa hipótesis en un tuit publicado el lunes, y la líder demócrata de la Cámara Baja, Nancy Pelosi, acusó a McConnell de haber apoyado esa idea. “Una desestimación es un encubrimiento”, advirtió Pelosi. El jefe republicano del Senado, sin embargo, negó que vaya a intentar frenar el juicio y que no existen apoyos para una propuesta de ese tenor.

Todo indica que el juicio terminará entonces tal como lo prevé la Constitución: con un voto de los senadores, que definirá si Trump es culpable o no.