TOLUCA, Estado de México., 22 de abril (EL UNIVERSAL / SinEmbargo).- En al menos tres semanas, 300 internos de 22 centros penitenciarios del Estado de México podrán concluir su sentencia en libertad, lo que Manuel Palma Rangel, subsecretario de Control Penitenciario, calificó como un “trabajo de artesanía legal” conjunto con el Poder Judicial, en un intento por despresurizar las cárceles que actualmente rebasan los 31 mil internos.
En entrevista explicó que debido a la contingencia sanitaria por el COVID-19, la Secretaría de Seguridad del Estado de México agilizó la selección de los expedientes de internos que podrían acceder a este beneficio para turnarlos al Tribunal Superior de Justicia y en conjunto redujeron de ocho meses a sólo un mes la resolución de los casos.
Al salir, cada una de estas personas será vigilada por alguno de los siete monitoristas capacitados para no quitarles la vista de encima en todo el día.
Los criminólogos están a cargo de monitorear a 270 internos a la vez, pues gracias a la elevada tecnología con que cuenta el equipo que portan, es “imposible que se desconecten del sistema” y cuando lo hagan, policías estatales acudirán a su domicilio o empleo para aprehenderlos en caso necesario.
El Poder Judicial detalló que entre el 2015 –cuando arrancó este programa– hasta diciembre del 2019, entregaron 2 mil 131 brazaletes electrónicos, que permiten a los sentenciados de delitos no graves, cumplir su condena o llevar su proceso en libertad.
Tan sólo esta mañana 25 internos del Centro de Reinserción Social de Ecatepec recibieron el equipo, son personas que –en su mayoría– fueron sentenciados por el delito de robo sin violencia. Tres de ellos son mujeres y todos egresan de la cárcel con un empleo, el respaldo de su familia, además de haber firmado el compromiso con las autoridades para no violar el perímetro de seguridad que autorizó el juez.