CIUDAD DE MÉXICO, 14 de junio (EL UNIVERSAL).- Felipe Cabrera Sarabia, “El Inge”, uno de los operadores más violentos de Joaquín “El Chapo” Guzmán, fue entregado en extradición al gobierno de Estados Unidos, por la Fiscalía General de la República (FGR).
Es requerido por la Corte Federal de Distrito para el Distrito Norte del estado de Illinois, para ser procesado por los delitos de asociación delictuosa y contra la salud, informaron autoridades.
Entre mayo de 2005 y diciembre de 2008, “El Inge” coordinó la importación a los Estados Unidos de miles de kilogramos de cocaína y de heroína, según investigaciones de agentes estadounidenses.
Derivado de la “Operación Laguna”, efectuada en la comarca lagunera, fuerzas especiales del Ejército mexicano detuvieron a Cabrera Sarabia en la capital sinaloense, en diciembre de 2011, en una casa de seguridad.
De acuerdo con las investigaciones ministeriales de la FGR, “El Inge” era responsable de las actividades de narcotráfico y violencia en Durango y sur de Chihuahua, para el cártel de Sinaloa, donde fue integrante de alto nivel.
Para evitar su captura, el presunto narcotraficante huyó del estado de Durango dónde operaba y residía, hacia la ciudad de Culiacán, Sinaloa.
Según autoridades federales, Cabrera Sarabia integró un grupo delictivo conformado por sus hermanos Luis Alberto, José Luis y Alejandro, quienes inicialmente se dedicaron a actividades de siembra y cultivo de marihuana en la zona serrana de Durango.
Sin embargo, por diferencias con Mario Núñez Meza, “El M-10 o Mayito”, líder del grupo delictivo los “Ms”, detenido en 2013 y extraditado a Estados Unidos, iniciaron una pugna por el control de las zonas de producción en Durango y sur de Chihuahua, originando un alto índice de violencia el cual se manifestó mediante inhumaciones clandestinas, secuestros, extorsiones, quema de negocios y casas habitación y publicación de narcomensajes en contra de la ciudadanía y otros grupos antagónicos.
Se detectó que la violencia con la que Cabrera Sarabia, mantenía el control de sus actividades delictivas le valió para escalar en importancia al interior de la organización del “Chapo” Guzmán, logrando ser pieza clave en el trasiego de droga, incluso proporcionarle seguridad a este capo en su zona de operación en la sierra de Durango.