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México

Hallan petroglifo en Colima de hace 2,000 años

Era usado como piedra-mapa

CIUDAD DE MÉXICO, 14 de junio (EFE).- Un petroglifo usado como ‘piedra-mapa’ hace alrededor de 2,000 años fue registrado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de México, en el estado de Colima, oeste del país, informó este domingo la institución.

En un comunicado, el INAH indicó que la piedra está orientada en su superficie principal al volcán de Fuego de Colima “y tiene oquedades que representarían aldeas, así como líneas asociadas con veras hidrológicas y accidentes orográficos”.

En la nota se relató que hace miles de años, el citado volcán de “arrojó una pesada roca basáltica” que, por la furia eruptiva, llegó a más de 14 kilómetros al sur, hasta la actual Cofradía de Suchitlán, donde los habitantes prehispánicos de Colima la tallaron meticulosamente hasta convertirla en un ‘mapa’ de su territorio.

En ese mismo lugar, en el predio particular donde yace, el petroglifo fue registrado el pasado 7 de junio, por especialistas del INAH, luego que días antes fue presentada una denuncia ciudadana al Centro INAH Colima, se apuntó.

La hipótesis de que se trata de una ‘piedra-mapa’, “se basa en el análisis de sus diseños y patrones, así como en la existencia de múltiples elementos similares en el estado”, dijo en el informe el titular del INAH en la entidad, Julio Ignacio Martínez de la Rosa.

Contó que “tan solo en la Zona Arqueológica de La Campana, en la ciudad de Colima, capital del estado, hemos contabilizado más de 100 petroglifos”.

Mientras que el arqueólogo Rafael Platas Ruiz, designado para la inspección del bien cultural, señaló que en la piedra “se aprecian al menos tres técnicas de grabado” –pulido, picoteo y desgaste–.

Las cuales se usaron para representar el paisaje orográfico y geográfico de la ladera sur del volcán, surcada por barrancas, escurrimientos y ríos que bajan del promontorio geológico.

Orientada hacia el volcán de fuego

“La parte más alta de la piedra –de 1.70 metros de altura, un ancho irregular de entre 2.12 y 2.77 metros y un espesor de entre 60 centímetros y 1.70 metros– guarda un eje de aproximadamente 20 grados al noreste, es decir, está orientada al Volcán de Fuego”.

El investigador abundó que en la superficie principal del petroglifo, alineada con el coloso y que también presenta un descenso hacia el sur, “se labraron pequeñas oquedades circulares, las cuales representarían la ubicación de comunidades antiguas”.

Además, en la cara este, se aprecian líneas que aluden a la orografía de la región, abundante en veras hidrológicas y escurrimientos naturales.

“Sin duda, estas ‘piedras-mapa’ ayudaban a conocer y facilitar el manejo de los terrenos. Además, eran una forma de preservar el conocimiento de una generación a otra, en una época en la que no existía la escritura en el territorio que hoy es Colima”, dijo Platas Ruiz.

Sobre la temporalidad del contexto, Platas Ruiz aclaró que, si bien en el terreno donde yace la roca se reconocieron tiestos cerámicos asociados a la fase Chanal o Posclásico Colimense (1000-1500 d.C.), el petroglifo sería anterior a esta ocupación.

“La piedra no se asocia a la fase Chanal. Sus diseños y técnicas de tallado guardan mayor relación con la tradición ‘tumbas de tiro’, la cual hemos fechado entre los años 200 a.C. y 200 d.C., esto es, en el intermedio de los periodos Preclásico Tardío y Clásico Temprano”, apuntó.

Posible apertura a visitas

Las autoridades destacaron que tras la inspección ‘in situ’, se elaboró la cédula del contexto arqueológico a fin de expedir su inscripción en el Sistema Único de Registro Público de Monumentos y Zonas Arqueológicos e Históricos del INAH.

Tras ello se entregará al propietario del predio una carta de notificación sobre la citada inscripción, en la cual se le solicitará su apoyo para la correcta conservación, apegada a la ley, del bien patrimonial.

La decisión de si el petroglifo será abierto o no a la visita pública será estudiada entre el Instituto, el municipio de Comala y el titular del terreno privado.

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