CIUDAD DE MÉXICO, 16 de junio.- El pasado 23 de abril, en la conferencia vespertina por coronavirus, la titular del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), María Elena Álvarez Buylla Roces, estimó que para el 15 de mayo habría 700 ventiladores médicos para la atención de pacientes de coronavirus en terapia intensiva, fabricados por el Conacyt “con tecnología 100 % mexicana”, de alta calidad y seguridad biomédica, y a bajo costo; un mes después de esa promesa, no se sabe de un solo equipo entregado por el Conacyt a las instituciones de salud.
La directora del Conacyt, Álvarez Buylla, dijo en abril que los ventiladores mexicanos serían de cuatro tipos y se iban a construir a través de un convenio de colaboración con el Instituto Nacional de Salud para el Bienestar, la Secretaría de Salud y lo que ella denominó un “ecosistema de innovación emergente” que incluye a centros de investigación, como el Centro de Ingeniería y Desarrollo Industrial (CIDESI), y empresas como Mabe, Dydetec, Zodiac Aerospace, Medtronic y el clúster automotriz de Querétaro.
De acuerdo a lo dicho por Álvarez Buylla, las empresas participarían sin fines de lucro, como un aporte solidario.
Incluso aseguró que ya había un prototipo listo, basado en el modelo abierto que compartió el Massachusetts Institute of Technology (MIT), pero “reforzado” por el CIDESI.
“Mañana en colaboración con la UNAM se hará la última prueba en seres vivos. Se han hecho ya pruebas en pulmón artificial. Pero todos estos procesos son necesarios porque de este equipo no se han hecho todavía otros a nivel comercial, salvo dos en España. Ya todo el expediente de aprobación lo tiene Cofepris y la esperamos en las próximas horas después de la conclusión de las pruebas biológicas, lo mismo que la de la planta de ensamblaje”.
Pero pasaron los días, las semanas y los meses y hasta el momento el Conacyt no ha dado a conocer la entrega de algún equipo.