En todo México, el estado de Hidalgo es conocido entre otras cosas por la ciudad de Tula, donde cuenta la leyenda gobernó Quetzalcoatl, además de su tradición joyera, las grutas de Tolantongo y por supuesto sus platillos, entre los que se encuentran los famosos pastes.
Las pastes son un tipo de empanada muy popular en la entidad y es uno de los platillos tradicionales que se ha convertido en una parte importante de la gastronomía hidalguense. Los más comunes están rellenos de atún o papá, pero con el tiempo han evolucionado a rellenos más modernos y extravagantes.
Es tanto su arraigo en la cultura de Hidalgo que desde hace 15 años se realiza en Mineral de Monte, mejor conocido como Real del Monte, el Festival Internacional del Paste, que surge como una opción para el turismo que visita este pueblo mágico, un evento único en el país.
Real del Monte, la cuna de esta preparación, logró la hazaña de preparar un paste de más de 300 kilos para la clausura del festival, con lo que se superó el peso alcanzado el año pasado que fue de 200 kilos. Este gigantesco antojito tuvo una extensión de cuatro metros de largo, la cual no puede modificarse, pues obedece al tamaño del horno en el que se cocina.
Tras la preparación del alimento y su correspondiente horneada, el paste fue paseado por las calles del centro del municipio de Mineral del Monte, donde posteriormente fue repartido entre los asistentes. Fueron alrededor de mil 300 porciones las que se repartieron.
¿De dónde vienen los pastes?
Se cree que los pastes tienen su origen en la influencia de la cocina británica, ya que en el siglo XIX, había una comunidad de mineros británicos en Pachuca, Hidalgo. Estos mineros trajeron consigo la tradición de las empanadas, que se adaptaron a los ingredientes y sabores locales.
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AA