Desde la implementación del etiquetado frontal en 2020, México ha dado pasos significativos para combatir la obesidad y mejorar la salud pública. El etiquetado, que advierte sobre productos con exceso de azúcares, grasas, sodio y calorías, tiene como objetivo orientar a los consumidores a tomar decisiones informadas y reducir la ingesta de alimentos ultraprocesados.
Recientes investigaciones han mostrado resultados alentadores sobre su impacto positivo, especialmente en la disminución del consumo de refrescos y alimentos no saludables.
Impacto del etiquetado en los hábitos de consumo
Una investigación del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), publicada en junio de 2024, revela que la implementación de las etiquetas de advertencia ha contribuido a la reducción en la compra de alimentos poco saludables.
El estudio, que analizó los hábitos de compra de jóvenes y adultos, indica que un 44.8 por ciento de los adultos y un 38.7 por ciento de los jóvenes han disminuido su consumo de productos con altos niveles de azúcares, grasas y sodio.
Entre los productos que más redujeron su compra se encuentran los refrescos, tanto regulares como dietéticos, así como las bebidas azucaradas y los postres.
El etiquetado frontal ha sido particularmente efectivo entre personas con menor nivel educativo, adultos indígenas y aquellos con un mayor conocimiento sobre nutrición. Además, las mujeres y los responsables de las compras en el hogar son quienes más han modificado sus hábitos, optando por alternativas más saludables.
Obesidad: un desafío creciente en México
México es uno de los países con las tasas más altas de obesidad y sobrepeso en el mundo. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut), entre 2020 y 2023, el 37 por ciento de los niños en edad escolar y el 40 por ciento de los adolescentes presentaron sobrepeso u obesidad.
Este problema se agudiza en los adultos, donde el 37 por ciento de la población padece obesidad. De hecho, en los últimos 23 años, la obesidad en hombres adultos ha aumentado un 78 por ciento.
Uno de los principales factores detrás de estas cifras alarmantes es el consumo elevado de productos ultraprocesados y bebidas azucaradas. Se estima que dos tercios de la población escolar y adolescente consumen más del 10 por ciento de su ingesta diaria de energía proveniente de azúcares añadidos, superando con creces la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El sistema de etiquetado frontal: un aliado contra la obesidad
El etiquetado frontal en México se rige bajo la Norma Oficial Mexicana NOM-051-SCFI/SSA1-2010, que obliga a los fabricantes a incluir sellos de advertencia claros y visibles en los productos que exceden ciertos niveles de calorías, azúcares, grasas y sodio. Estos sellos octagonales ayudan a los consumidores a identificar fácilmente aquellos productos que pueden ser dañinos para su salud si se consumen en exceso.
La norma también establece advertencias adicionales para productos que contienen edulcorantes o cafeína, indicando que no son recomendables para niños. Este sistema, basado en recomendaciones de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), busca prevenir enfermedades crónicas como la diabetes y la hipertensión, vinculadas al consumo excesivo de estos ingredientes.
Nuevas medidas en las escuelas mexicanas
Con el objetivo de reforzar estos esfuerzos, la Secretaría de Educación Pública (SEP) de México ha anunciado que, a partir de marzo de 2025, se prohibirá la venta de alimentos chatarra en todas las escuelas del país.
Esta medida, que forma parte del programa "Vida Saludable en las Escuelas", pretende fomentar mejores hábitos alimenticios desde temprana edad, limitando el acceso a productos ultraprocesados y promoviendo el consumo de alimentos naturales y saludables.
Además, se instalarán bebederos de agua potable en las instituciones educativas para reducir el consumo de refrescos y bebidas azucaradas. La SEP también capacitará a los encargados de las cooperativas escolares para que ofrezcan opciones saludables, priorizando frutas, verduras y alimentos de la región.
Resultados alentadores y desafíos por delante
La implementación del etiquetado frontal en México ha mostrado resultados prometedores en la lucha contra la obesidad y el consumo de productos ultraprocesados. No obstante, aún queda un largo camino por recorrer para que más personas, especialmente las de menores recursos y educación, comprendan la importancia de tomar decisiones saludables al momento de comprar alimentos.
Este sistema de etiquetado, junto con las nuevas políticas en las escuelas, representan un paso importante hacia un México más saludable, con menores tasas de obesidad y enfermedades crónicas. Sin embargo, se requiere un esfuerzo continuo de las autoridades, la industria y los consumidores para lograr un cambio duradero en los hábitos alimenticios de la población.
IO