En el Encuentro Nacional Municipal, celebrado en la Ciudad de México y encabezado por la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, la jefa de Gobierno capitalina, Clara Brugada Molina, expuso los resultados del modelo de “Caminos de Mujeres Libres y Seguras” desarrollado en la alcaldía Iztapalapa.
Este proyecto, que integra intervenciones urbanas y sociales, busca mejorar la seguridad, promover la paz y transformar los espacios públicos para el beneficio de mujeres y comunidades en general.
Un modelo de intervención integral
Brugada destacó que los caminos seguros se diseñaron como una política pública enfocada en la seguridad de niñas y mujeres, con impactos positivos para toda la comunidad.
Las acciones incluyeron iluminación de alta potencia, urbanismo táctico, cruces seguros, calles incluyentes y muralismo urbano, transformando radicalmente la imagen y funcionalidad de las calles.
“Si una niña se siente segura caminando por calles iluminadas, cualquier persona de la comunidad también lo hará”, aseguró.
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El proyecto abarcó 230 kilómetros distribuidos en 188 caminos, beneficiando a más de un millón de habitantes en 211 colonias.
Estas áreas se seleccionaron considerando la afluencia de transporte público, índices de incidencia delictiva y cercanía a puntos clave como escuelas, centros económicos y religiosos.
Impactos sociales y económicos
La intervención logró una reducción del 62 por ciento en incidencia delictiva y del 50 por ciento en homicidios en Iztapalapa. Además, fomentó la reactivación económica: 31 por ciento de los negocios aumentaron sus ventas y 14 por ciento contrataron más personal.
Brugada explicó que la iluminación fue clave, con lámparas LED de hasta 250 watts colocadas cada 15 metros. Las luminarias "tipo cerillo" y las “lámparas de género” con mensajes a favor de las mujeres, como “Camina libre, camina segura”, se convirtieron en distintivos del proyecto.
Muralismo urbano y espacios para la convivencia
Otro componente esencial fue el muralismo urbano, que transformó paredes grises en expresiones artísticas vibrantes y con identidad comunitaria.
La propia población definió los diseños, y algunos murales incluyeron códigos QR que permiten escuchar música o conocer la historia detrás de las obras. En total, se realizaron 11 mil murales.
“Los caminos se convierten en generadores de convivencia comunitaria, lugares de encuentro y diálogo, reivindicando la calle como el mejor espacio público”, afirmó Brugada.
Modelo replicable en todo el país
Brugada concluyó invitando a los alcaldes del país a replicar esta estrategia, que ahora se enmarca en el programa nacional Caminos de Paz.
Entregó manuales y guías metodológicas que detallan cómo implementar cada kilómetro de caminos seguros, con un costo estimado de 2.5 millones de pesos.
“Vamos con toda pasión a transformar nuestras calles en espacios de paz para todo México”, finalizó.
IO