La Sección Instructora de la Cámara de Diputados ha rechazado iniciar el proceso de desafuero contra el diputado federal y exgobernador de Morelos, Cuauhtémoc Blanco, quien enfrenta acusaciones de tentativa de violación por parte de su media hermana, Nidia Fabiola Blanco.
La decisión se tomó con tres votos en contra de los diputados oficialistas Hugo Eric Flores (Morena), Adriana Belinda Quiroz (Morena) y Raúl Bolaños-Cacho Cué (PVEM), y un voto a favor de Germán Martínez (PAN).
Esta resolución ha generado una fuerte reacción dentro del partido Morena. Diputadas federales han expresado su indignación y preocupación, considerando la decisión como un acto de revictimización hacia la denunciante y una señal negativa en la lucha contra la violencia de género.
La diputada María Teresa Ealy calificó la decisión de la Sección Instructora como "indignante y triste", enfatizando la necesidad de actuar con congruencia y legislar en favor de las y los mexicanos, dejando de lado intereses personales o políticos.
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Ealy Díaz hizo un llamado a Cuauhtémoc Blanco para que renuncie a su fuero y enfrente las acusaciones sin privilegios, afirmando que si es inocente no debería temer al proceso legal.
Además, reveló la existencia de rumores sobre una posible iniciativa de reforma promovida por Blanco para defender a agresores sexuales, bajo el argumento de que existen denuncias falsas, lo cual consideró totalmente incongruente, recordando que ya existen leyes para castigar las acusaciones falsas.
La negativa de la Sección Instructora a iniciar el proceso de desafuero ha dejado en el limbo una acusación grave y ha planteado interrogantes sobre el compromiso de las instituciones mexicanas en la lucha contra la impunidad y la violencia de género.
Mientras tanto, la víctima y la sociedad en general esperan que se haga justicia y que se esclarezcan los hechos, independientemente de la posición política o el estatus social del acusado.
Este caso ha generado tensiones dentro de Morena y ha puesto en riesgo la unidad del partido, además de amenazar con dañar su imagen y la del gobierno de Claudia Sheinbaum.
La situación plantea un desafío significativo para el partido en el poder, que debe equilibrar la defensa de sus miembros con el compromiso de combatir la violencia de género y garantizar la justicia para las víctimas.
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