Osiel Cárdenas Guillén, exlíder del Cártel del Golfo y fundador del grupo criminal Los Zetas, continuará recluido en el Penal del Altiplano tras la resolución de un juez que dictó auto de formal prisión.
La decisión fue tomada este domingo 22 de diciembre durante una audiencia en la que se analizaron las acusaciones en su contra, incluidas su presunta responsabilidad en el homicidio calificado de seis personas en 2007.
El pasado 16 de diciembre, Cárdenas Guillén fue deportado desde Estados Unidos y entregado a las autoridades mexicanas en la ciudad de Tijuana.
Posteriormente, fue trasladado al penal de máxima seguridad del Altiplano, donde se determinará su situación jurídica en relación con otras órdenes de aprehensión y procesos penales que pesan en su contra.
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EE.UU. deporta a México a Osiel Cárdenas Guillén, exlíder de Cártel del Golfo y Los Zetas
Cargos en México: un historial extenso
El capo enfrenta tres órdenes de aprehensión pendientes en México, derivadas de cargos por homicidio calificado, delincuencia organizada y delitos contra la salud. Además, se le vincula con siete procesos penales activos que incluyen:
- Delincuencia organizada con fines de tráfico de drogas y lavado de dinero.
- Operaciones con recursos de procedencia ilícita.
- Acopio, portación y posesión de armas de fuego y cartuchos de uso exclusivo del Ejército.
- Cohecho y otros delitos vinculados al crimen organizado.
¿Quién es Osiel Cárdenas Guillén?
Osiel Cárdenas Guillén fue uno de los capos más poderosos de México, conocido por fundar Los Zetas como un brazo armado del Cártel del Golfo.
En 2003, fue detenido por las fuerzas federales mexicanas y extraditado a Estados Unidos en 2007, donde enfrentó cargos relacionados con el narcotráfico. Tras cumplir una condena, su deportación marcó un nuevo capítulo en su proceso judicial.
La decisión de mantenerlo en prisión preventiva subraya la gravedad de las acusaciones, así como la prioridad del Gobierno mexicano de enfrentar a figuras clave del crimen organizado.
Su reclusión en el Altiplano es vista como un paso hacia la justicia en un caso que ha tenido repercusiones nacionales e internacionales.
Cárdenas Guillén seguirá enfrentando los procesos legales correspondientes mientras permanece bajo estrictas medidas de seguridad, lo que refuerza la estrategia del Estado para combatir la impunidad en delitos de alto impacto.
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