Opinión

Sección 61 del TECNM

Hugo Carbajal AguilarUn Sindicatito

Ha iniciado desde hace un buen rato el pleito por el poder en el Tecnológico Nacional de México. Dicho esto con suficiente tono rimbombante, como les gusta. La Sección 61 amarró navajas en el conflicto con el Director General, quien desde el inicio de la instauración y presentación de esa Sección se mostró contrario, absolutamente contrario, a toda gestión que de ahí proviniera. La llamó “un sindicatito”. Esta Sección se instaló precisamente en Mérida hace ya más de 3 años con la participación de más de 250 delegados que representaban a los 254 Tecnológicos del país.

Más de 120 Tecnológicos presentan problemas de pago de algunas prestaciones y ya se han manifestado frente a las instancias que corresponden. No se les ha resuelto el problema. Algunos secretarios de las diversas delegaciones se han venido presentando como muy activos en la resolución de esas demandas. Han formado ya una asociación llamada Maestros por México que se entrevistó con algunos senadores y diputados. No lo han vuelto a repetir pero es sabido que están impulsando la idea del regreso de Elba Esther Gordillo a la dirigencia del Comité Ejecutivo del SNTE. Sin la mayor vergüenza y sin la menor información de su historia sindical reciente…y remota.

Otra: Los tecnológicos del país, los 254 tecnológicos y centros e instituciones adyacentes jamás –repito- jamás se han hecho presentes en las memorables batallas y luchas sindicales. Se han ido nadando y navegando de a muertito en mansas e incluso turbulentas aguas, rescatando y tomando sólo prestaciones a las que siempre se han sentido merecedores. Siempre han ido por y con las maduras, jamás con las verdes. Los ejemplos históricos de los trabajadores de la educación básica no alteraron el romántico paseo por los jardines palaciegos gobiernistas de estas instituciones. Ya lo hemos descrito alguna vez diciendo que los tecnológicos representan ínsulas en el océano docente y que nunca ha sido escuchada, proveniente de ahí, una vocecita crítica con respecto a los problemas nacionales. Ni con las privatizaciones que afectan directamente a los formados y egresados, ni con respecto a las reformas que dañan el patrimonio nacional, ni con relación al masivo desempleo de los propios egresados a quienes se les han venido generando falsas expectativas.

Otra, sumamente importante: ¿Algo dijeron acerca de los estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa? ¿Alguna declaración como sindicato en favor de los normalistas? ¿Les importó? Al menos, ¿se enteraron?

Es más, nunca hubo una pequeña, sucinta, clara opinión de los hombres y mujeres de los Tecs con relación a la reforma educativa y las consecuencias que acarreaba su imposición a nuestros compañeritos de educación básica. Ahora, aprovechando la coyuntura actual, no han cesado de proclamarse por esa Reforma, manifestándose en contra. Han sido priístas y panistas todo el tiempo, toda la vida y toda su jornada laboral. Ahora seguramente son Morenos, todos, hasta el director general que –seguramente- pronto presentará sus comedidos respetos al presidente electo.

El papel aceptado desvergonzada, impúdicamente por los tecnológicos consiste en preparar trabajadores que atenderán las necesidades de los empresarios, hombres y mujeres de buena voluntad que van a hacerles el favor de darles empleo, un empleo con salarios indignos y sin prestaciones sociales gracias a otra impertérrita reforma: la Laboral. Muchas gracias… Somos los trabajadores de todos los Tecs, por supuesto los de aquí también, Zacatepec y Cuautla, proveedores de la mano de obra que requieren los señoritos sin necesidad de que aporten nada.

Se avecinan ahora los cambios pertinentes y necesarios. Deberá ser cambiado el director general así como el secretario de la Sección que ya rebasó con mucho su período sindical y se tiró en la hamaca. Se ha hecho que la Virgen le habla y ni siquiera le parpadea como decía el P. Esteban. Pero en este pleito exhibido en una página llamada TECNOLÓGICOS UNIDOS sólo participan los secretarios generales de cada delegación y otros, las bases permanecen en la inercia colectiva sólo dejándose llevar por su conspicua, enterada y sacrificada dirección.

Digámoslo con plena objetividad: ¿No sería conveniente informar a la base trabajadora de cada uno de los Institutos acerca de cuál o cuáles son los conflictos o problemas que han surgido con la Dirección General y con la misma Sección 61? Todo mundo sabe que el Comité directivo de la Sección ha rebasado en un año su período sindical y no ha convocado al cambio. Entre otras cosas, amén de no resolver asuntos que directamente le competen. En cuanto al Director general ya se ha publicado una protesta acerca de su desempeño, aun cuando él no pierde tiempo en publicitarse como todo un personaje exitoso que cumple con un estupendo desempeño –tanto- que no les va a quedar más remedio que mantenerlo en esa posición.

En los Tecnológicos ha arraigado la inveterada costumbre priísta del sometimiento “disciplinado” a las autoridades en turno. Deben mostrarse obsecuentes con el poder y ásperos, mamones y agresivos con los subordinados. Y todo mundo en paz aceptando esa institucionalidad que se lleva entre la patas la dignidad, algo sumamente valioso para los que compartimos algún rasgo de humanidad. Lo malo, más bien grave, de todo esto es que parece que a los trabajadores de estas escuelas no les interesa mucho informarse. Los grados académicos que ostentan no les permiten interesarse por asuntos tan prosaicos. Petulancia por delante.

Así, queda la impresión que sólo es un pleito interno por raciones de poder sin ningún afán de mejorar el ambiente laboral de nuestras instituciones. Ojalá nuestros diputados federales y nuestros senadores intervengan en estos burocráticos asuntos que se vuelven espinosos porque acarrean una estupenda ración de poder y frente a eso, todos ellos dan las nalgas (así dice mi compadrito, no yo).

Aquí en Morelos, hemos sido bendecidos por dos muy ilustrados senadores: Radamés Salazar que ostenta una valiosa experiencia como…como… y Lucía Meza que va de rama en rama ocupando puestos con suficiente y comedida astucia.

¿Tendrá razón el actual director general al considerar a esa Sección sindical número 61 como un sindicatito?