Opinión

Cadáveres colgados, en bolsas y fosas clandestinas

Alvaro Cepeda Neri

Conjeturas

I.- ¿En qué orden clasificar los problemas nacionales? ¿La pobreza en primer lugar? ¿El desempleo? ¿La falta de crecimiento y desarrollo económicos? ¿Los migrantes atorados en nuestro territorio, porque ya no pueden entrar al “paraíso” estadounidense? ¿El terremoto lópezobradorista sacudiendo todo el sistema régimen, para librarse de la corrupción? ¿El desabasto de medicinas y vacunas? ¿En qué lugar quedarán los feminicidios, las fosas clandestinas repletas de cadáveres? ¿Bartlett y Rosario Robles? ¿La CNTE rebasando al SNTE? Lo cierto es que la violencia está cosechando en todo el territorio lo que siembran los delincuentes y las “fuenteovejunas” –de todas a una– agrediendo a la Guardia Nacional: militares y policías; en lo que está llegando a una crisis anarquista porque los pobladores insisten en hacerse justicia por su propia mano. No cesan las violaciones sexuales, los pronunciamientos misóginos y las mujeres demandando justicia.

II.- Somos una Nación desesperada socialmente, por tantas promesas presidenciales sin cumplirse en medio de las decisiones sin concretarse, como la de comprar medicinas fuera del país y que el gobierno las distribuya en sus centros de salud, donde siguen faltando material para atender a los pacientes, mientas Zoé Robledo y Ramírez Salazar, del IMSS y del ISSSTE, no hallan como resolver las quejas de los afiliados. Estamos, pues, inmersos en varios desastres, mientras apuran el aumento de impuestos a diestra y siniestra, llegando al extremo de penalizar como delincuencia organizada e inseguridad nacional a quienes, de mala fe y buena fe, cometan un error fiscal y sean, antes de cualquier otra medida, encarcelados para poder probar su inocencia. El nuevo año fiscal anuncia un choque de intereses gubernamentales con empresarios, inversionistas, ahorradores e informales, para quienes el imperio de la ley constitucional Estado de Derecho pasa a segundo término frente a las leyes reglamentarias y secundarias.

III.- Es, pues, un sacudimiento social, económico y político que vislumbra enfrentamientos que ni los tribunales puedan resolver. Y así la paz, ya cuestionada por la violencia sangrienta y despreciativa de los derechos humanos, está adquiriendo visos de una guerra intestina azuzada por las diferencias entre los miembros de los Tres Poderes que no atinan a conducir la vida pública. Así, pues, qué problema deberá colocarse como número uno, si todos se disputan la primacía porque todos necesitan soluciones al momento; es decir, urgentes. En la inteligencia de que no pueden seguir esperando su turno, porque se complican en el contexto de una realidad que rebasa las comparecencias mañaneras, las declaraciones del resto de los funcionarios y las demandas de los diferentes sectores de la sociedad donde sus clases están confrontándose diariamente. Mientras tanto, todos los días la inseguridad reporta toda clase de delitos que dañan gravemente a la población; y los cuales son causados por los delincuentes que no entienden ni aceptan los llamados a “Portarse bien”.

cepedaneri@prodigy.net.mx