Max Lesnik
Se acaban de celebrar elecciones municipales en cuatro ciudades de las que conforman el Condado Miami-Dade del Sur del Estado de La Florida.
Los electores de los municipios de Miami, Miami Beach, Homestead y Hialeah concurrieron a las urnas para elegir a sus concejales respectivos en unos comicios en los que el más caracterizado ganador ha sido la abstención electoral. Los datos son aplastantes, puesto que de los 240 mil ciudadanos con derecho a votar en esas cuatro ciudades, sólo ejercieron su voto, ya haya sido con boletas por correo o concurriendo a las urnas personalmente, nada más que 35 mil 678 electores, es decir, solamente el 14.86% de los integrantes del Padrón Electoral.
¿Qué pasó con el 85% de los votantes de esas cuatro ciudades del Sur de La Florida –buena parte de ellos de origen cubano o latinoamericano–, electores que no ejercieron su derecho a votar en estas elecciones municipales? La abstención electoral no fue precisamente debido a que los ciudadanos estén satisfechos con el comportamiento de los políticos profesionales que están envueltos en el pantano politiquero en que se revuelcan alcaldes y concejales que se vienen disputando el control de estas ciudades. Es por todo lo contrario. Es la repulsa, el cansancio a más de lo mismo y el asco a la corrupción y a la politiquería imperante, la que explica que sea siempre la abstención electoral el gran ganador cada vez que se convoca a elecciones.
La “Democracia” miamense, controlada en gran medida por los cubanos de la extrema derecha, es la que arroja esos resultados tan vergonzosos donde sólo vota menos del 15% de los electores con derechos al sufragio.
En el Sur de La Florida entre los políticos, los bandidos son los más. Y entre los más bandidos, los de origen cubano son también los más.
Eso explica porqué la gente en Miami no vota y prefiere no ir a las urnas y que gane la abstención.