Alvaro Cepeda Neri
I.- Los esposos Ackerman son profesores en la Universidad de Yale (donde el ex presidente Zedillo dice impartir clases). Naturalizado mexicano, su hijo John W. Ackerman es investigador en el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM; y está candidateado para secretario general de nuestra máxima casa de estudios, con quien resulte electo o reelecto como rector. También es columnista de la revista Proceso, con su colaboración quincenal. Es, además, un entusiasta lópezobradorista de “hueso colorado” que no pudo acceder a una secretaría del despacho presidencial, por lo que en su lugar fue nombrada su esposa: Irma Eréndira Sandoval Ballesteros en la Secretaría de la Función Pública. Por cierto que sobre el expediente para investigar el multimillonario patrimonio del poblano Manuel Bartlett Díaz, nada sabemos todavía, no obstante que su caso es muy semejante al asunto de Medina Mora quien ofreció su cabeza a cambio de... ¿impunidad?
II.- Pero volvamos, pues, al tema medular de esta entrega: la familia Ackerman. Con la participación de la señora Sandoval y la señora Susan Rose Ackerman. Esta se presentó en las instalaciones de la Secretaría de la Función Pública para dictar –ante los empleados, su hijo John y los reporteros–, una conferencia “magistral” que criticó directamente las políticas de recorte de personal en el gobierno federal, argumentando que la corrupción no debe combatirse con el adelgazamiento de la burocracia. Las notas de Fernando Camacho Servín (en La Jornada: 11/X/19), nos han informado del hecho y nos han proporcionado material para su análisis. Al presentar a la conferencista, la secretaria Sandoval dijo: “Orgullosamente presumo que no es que ella sea mi suegra: yo soy su nuera”. Acto seguido, la suegra leyó su tema: Combate a la corrupción desde el derecho administrativo. Soltando su apreciación sobre que despedir empleados no es el medio para atacar la corrupción, ya que ello genera más incentivos para ejecutar actos deshonestos.
III.- Irma Eréndira Sandoval, titular de la Secretaría de la Función Pública, aseguró que la señora –su suegra– no cobró por dictar su sesuda conferencia ni pasaje alguno, por lo que el erario público no financió el acto y, por tanto, agregó: “no hay gato encerrado”. Al acto fue invitado como comentarista el titular de la Secretaría de Hacienda: Arturo Herrera; a quien ya López Obrador le ha enmendado la página más de tres veces, para desmentirlo. Herrera dijo que es el crecimiento de la clase media lo que más ha incidido en la lucha contra la corrupción. Así fue que la suegra: Susan Rose Ackerman –ya que su hijo John está casado con la señora Sandoval–, vino a recetarnos sus comentarios sin cobrar ni un dólar ni un peso, pues todos los gastos los realizaron los Ackerman-Sandoval de manera particular; es decir, con cargo a las finanzas familiares. Dejándonos en su discurso, la crítica a la política contra ese mal que lleva a cabo el presidente López Obrador. Hasta la fecha, éste no se ha pronunciado al respecto.