Opinión

América Latina debe desarrollar un plan

Cristóbal León Campos* “América Latina debe desarrollar un plan para defenderse de los avances del imperialismo” sentenció el Dr. Atilio Borón, profesor universitario argentino y miembro del Consejo Mundial del Proyecto José Martí de Solidaridad Internacional, en su conferencia magistral titulada “¿Se puede hablar de una Era Trump y qué significa para América Latina y el Caribe?, en el marco de la IV Conferencia Internacional por el Equilibrio del Mundo que se celebra en estos días en La Habana, Cuba.

El intelectual argentino explicó que “ha comenzado una nueva era, comenzamos a ver los nuevos hechos que con el tiempo conformarán un proceso, pero ahora, la derecha pretende hacernos pensar que ya estamos en un nuevo tiempo, que vivimos en la Era Trump, pero realmente vivimos una ofensiva del imperio que viene de la debacle que ha vivido en Oriente, lo que ahora vemos es un repliegue hacia América Latina como lo advirtieron Fidel y el Che, hay un paralelismo con lo acontecido en la derrota de Estados Unidos en Vietnam, con sus derrotas ahora en varios países de Oriente”.

Con la victoria de Hugo Chávez comenzó un nuevo ciclo que rompió el aparente poderío norteamericano, los ideólogos norteamericanos habían puesto en marcha una campaña para hacer creer que se vivía un nuevo siglo americano, el cual fue puesto abajo por varios factores, uno de ellos fue el derrumbe de las Torres Gemelas, que además, en el seno de Estados Unidos, generan aún una discusión de lo que ocasionó en realidad ese hecho tan trascendente, que presuponen un posible auto-complot para justificar invasiones y nuevos proyectos expansionistas, “la historia norteamericana está llena de esos hechos fantasmas provocados por el propio gobierno norteamericano para provocar su entrada en conflictos o la generación de ellos”. “Estados Unidos puede hacer cualquier cosa, y puede hacer cualquier cosa ahora en Venezuela, y cuando se dice cualquier cosa eso va desde un magnicidio hasta un ataque frontal, puede usar o generar incidentes con otros países que justifiquen un conflicto regional. Estados Unidos vive una debacle, ha perdido su poderío que tuvo desde fines de la Segunda Guerra Mundial hasta hoy”, explicó con elocuencia ante un auditorio repleto y atento a sus planteamientos.

Su hipótesis prevé tres escenarios: uno primero, que sería un derrumbe catastrófico del imperio norteamericano, factores como las pugnas con otras potencias, como en el caso de Corea de Norte, que nos ha dejado al borde de una guerra nuclear, son significativos; por otro lado, un fenómeno resultado del cambio climático, como ahora se vive en partes del mundo podría desembocar a una catástrofe impensada. El segundo escenario es el de una transición suave, que vaya degradando el poder norteamericano poco a poco, aunque este escenario parece ser el menos posible; y el tercer escenario, sería un hecho violento en un mundo plagado de guerras y contradicciones, pues el mundo unipolar que creyeron real los intelectuales norteamericanos, nunca existió, hoy potencias como China, Rusia, Indonesia y otros muestran que se va olvidando la ideal del mundo unipolar y bipolar de la Segunda Guerra Mundial, estamos en un mundo multipolar, escenario que puede incluso suceder en América Latina. Hoy el poderío ruso en materia militar junto al ejército venezolano crea una respuesta inesperada e incontestable para los Estados Unidos.

Por su parte, China se convirtió en una potencia mundial mucho antes de lo esperado, siendo ahora la locomotora de la economía mundial, papel que tuvo en otro tiempo el imperio norteamericano, esto abre un abanico de oportunidades en materia económica y diplomática en América Latina, junto a la posición actual de Rusia, esto explica que si alguna vez gobernantes como George Bush pudieron enviar expediciones descaradas a Panamá, ahora no puedan hacerlo con la libertad que deseara el imperio, los contrapesos han puesto un alto a ese avance imperialista. Por otro lado, la Unión Europea se ha convertido en un satélite más de los intereses norteamericanos, llegando incluso a una posición neocolonial, por ejemplo, el caso español que siguiendo las órdenes de Trump, llama a Venezuela a seguir las indicaciones de los Estados Unidos. Los países europeos han perdido su autonomía ante el imperialismo. Carecen de política internacional independiente, lo que se muestra en su réplica clara de los intereses de Washington.

En estos tiempos nuevamente China y Rusia son enemigos de Estados Unidos, su pérdida de poder se debe, entre otras cosas, a su deuda pública, el dólar va debilitando su valor, además, la presencia del capital financiero en el interior de Estados Unidos, este país ha dejado de ser un país industrial, perdiendo competitividad que lo llevó durante décadas ha tener la mayoría de patentes en el mundo, pero ahora, desde el 2014, este predominio está en manos de China, lo que ha producido un regreso al proteccionismo al interior de los Estados Unidos, el centro de la economía mundial se ha movido al mundo asiático.

El gran peso que tuvo Estados Unidos en América Latina encuentra una serie de contrapesos que reacomodan el orden del poder en la región. La importancia de la región latinoamericana es fundamental para el futuro del mundo, la riqueza natural que se concentra en los países que hoy viven los ataques o que se han sometido al interés norteamericano lo demuestran, la región es clave para la sobrevivencia de la economía y poder de Estados Unidos. México, por ejemplo, se ha convertido en un peligro por la migración masiva, así es considerada por la nueva administración de Trump. La permanente doctrina Monroe practicada por Estados Unidos cuya finalidad ha sido no sólo de extender su poder y riqueza, sino de mantener la división entre países latinoamericanos.

Hoy tenemos que plantearnos la gran batalla, ellos dicen que nosotros les pertenecemos, siguen diciendo que somos parte de ellos, se adjudican la característica de ser un imperio que controla los destinos de toda América. Desde fines de la Segunda Guerra Mundial se plantearon la extensión de su poder militar en la región, y además, la creación de una cultura hegemónica implementada por intelectuales para sostener la injerencia norteamericana. Esos mismos intelectuales son los que ejecutan las campañas para desprestigiar a los gobiernos progresistas, tal como vemos en los últimos años. Finalmente, Atilio Borón reiteró que “ahora nos toca desarrollar un plan para la defensa de nuestros países latinoamericanos”.

* Integrante del Colectivo

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