Opinión

Grupo Imagen, a la venta

Martín Moreno

–A mí lo que me importa es hacer dinero…–, era una frase recurrente del empresario Olegario Vázquez Raña. Nada de malo hay en ello. En lo absoluto. Un empresario trabaja y arriesga su capital para aumentar sus utilidades y ganancias, siempre y cuando no cometa ilícitos en su desempeño.

Con el paso de los años, Grupo Empresarial Ángeles (GEA) –llamado así por el nombre de pila de la esposa de Olegario–, registró modificaciones: al relevo operacional llegó Olegario Vázquez Aldir, rodeado de un equipo joven y renovado, con una estrategia empresarial que vio en los medios de comunicación la llave maestra para abrir puertas en los gobiernos de Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, a fin de consolidar y ampliar sus negocios, enclavados principalmente en su emporio hospitalario (Hospitales Ángeles) y de hoteles (Camino Real). Su empresa dedicada a la construcción (Prodemex), es encabezada por Vázquez Aldir, aunque formalmente no pertenece a GEA.

Entonces, incursionó a radio, prensa escrita y televisión, para consolidar la estrategia medios-gobiernos-negocios:

En 2003, GEA compró a Grupo Imagen, incluidas las estaciones de radio 90.5 y 98.5, ambas en FM.

En 2006, adquirió al periódico Excélsior, en marcada decadencia.

En 2007, inician transmisiones de Cadena Tres, a través del Canal 28 de televisión abierta. “La televisión más abierta que nunca”, era su lema.

Y en 2016, llegan a la cima mediática al comprar una de las cadenas de televisión abierta y con cobertura nacional licitadas por el Gobierno de Peña Nieto. Pagaron 1,808 millones de pesos. Así nacía Imagen Televisión, que se sumaba al combo mediático del exitoso grupo liderado por Vázquez Aldir y su mano derecha, Ernesto Rivera Aguilar, un sonorense cercano al poder político priísta: su cuñada es la actual Gobernadora, Claudia Pavlovich. Está casado con su hermana.

GEA también incursionó en el deporte al adquirir, en 2014, a los Gallos Blancos del Querétaro.

Todo, de la mano del poder presidencial en turno.

Las finanzas iban como nunca. El poderío del grupo era inocultable. El dinero público fluyó bondadoso desde las arcas de los gobiernos panistas y priístas y, por supuesto, tras el retorno del PRI al poder presidencial a través del mexiquense Enrique Peña Nieto, en cuyo sexenio recibió alrededor de 3 mil millones de pesos vía publicidad, repartidos de la siguiente manera (Fuente: Animal Político. 6/Junio/2019):

“Imagen Televisión recibió 1,062 millones 801 mil 282 bajo la razón social de GIM Televisión Nacional, S.A. de C.V., a esto se suma lo recibido por el grupo a través del diario Excélsior (que es parte del Grupo Imagen) con contratos por 1,040 millones 318 mil 676 pesos y los de Imagen Radio Comercial 629 millones 036 mil 374 pesos, y 186 millones 256 mil 624 pesos a través de Imagen Soluciones Integrales.”

Bajo una férrea línea editorial más política y de negocios que periodística, cuyo cancerbero es otro sonorense, un ingeniero de nombre Ignacio Anaya Cooley, multimedios de GEA se consolidó al amparo de los gobiernos en turno –federales y estatales–, aumentando al mismo tiempo su membresía en hospitales y hoteles. La llave abría puertas. La estrategia funcionaba. El grupo repuntaba. Nada parecía detenerlos.

Nada –o nadie–, hasta que Andrés Manuel López Obrador ganó la elección presidencial el año pasado, y las cosas cambiaron dramáticamente para GEA, cuyas instalaciones en avenida Universidad –llamadas pomposamente “Ciudad Imagen”–, albergaban al autollamado grupo mediático más grande de América Latina, con cadena de televisión nacional, periódico y radio.

Con el triunfo de AMLO, se les cerró la llave del dinero público y entonces, los problemas comenzaron.

Primero, a Prodemex se le cancelaron seis contratos del NAIM Texcoco equivalentes a 10,372 millones de pesos. (Fuente: SinEmbargoMX. 17/X/2018).

Ausente la investigación periodística, abundante la información oficialista, Excélsior carece de contenidos lo suficientemente valiosos, atractivos y sólidos para salir adelante de manera independiente. Imagen TV no compite de cerca con Televisa ni con TV Azteca en sus audiencias informativas. Imagen Radio registra, según medición reciente de Ipsos, un rating de 0.32 en su emisión más escuchada.

La publicidad oficial dejó de fluir y comenzaron los despidos en Grupo Imagen, agravándose la situación financiera entre octubre de 2018 y enero pasado, cuando cientos de trabajadores fueron despedidos y con ofrecimientos de apenas el 30% de su liquidación. Se calcula que más de la mitad de sus empleados se quedaron sin laborar.

Los Gallos Blancos del Querétaro no fueron la excepción de la crisis del conglomerado: en junio pasado, la cadena de televisión deportiva ESPN reveló que ante la crisis económica que vivía el equipo, el grupo empresarial encabezado por Carlos Hank Rhon entraría a su rescate financiero.

Y apenas el 16 de junio se emitió un comunicado suscrito por Grupo Imagen y Grupo Andrade, mediante el cual El Heraldo de México anunció la compra de las frecuencias de radio 98.5 FM en Ciudad de México, y 100.3 en Guadalajara. GEA no tenía mayores opciones: había que vender.

Las consecuencias de vivir del dinero público.

El dinero se había ido. Los amigos también.

El imperio se derrumbaba.

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La información llegada a esta columna indica que las pláticas para vender a Grupo Imagen –Imagen TV, Excélsior e Imagen Radio–, van muy avanzadas entre la familia Vázquez Raña con el presidente del Consejo de Administración de El Heraldo de México, Ángel Mieres, y el vicepresidente, Alejandro Arai. La operación pretende ser cerrada antes de que termine el año.

En esta operación, hay un problema: GEA tiene un candado legal con Imagen Televisión, ya que no puede vender hasta que cumpla diez años de operación, y fue puesta al aire apenas en octubre de 2016. Por ello, se haría una especie de renta o traspaso en este caso. Excélsior e Imagen Radio no tienen mayor problema.

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Olegario Vázquez Aldir forma parte del Consejo Asesor Empresarial de AMLO. Parece que de poco le sirvió.

Con la llegada de la mal llamada Cuarta Transformación, los problemas financieros de los medios en México se han profundizado, sobre todo aquellos que, como Grupo Imagen, dependían en gran medida del dinero público. El Presidente puede decir que era hora de cerrar esa llave porque resultaba oneroso tanto gasto en publicidad. Tendrá razón.

Sin embargo, el actual Gobierno pasa por alto un detalle doloroso: los empresarios de la comunicación no empobrecen. Acaso dejarán de hacer ciertos negocios o de ganar tanto capital como en el pasado reciente. Los verdaderos afectados son los trabajadores de los medios, que pasan a integrar las filas del desempleo que apenas en ocho meses de Gobierno ha sido brutal y que amenaza con seguirse incrementando. El periodismo ha sido un sector muy afectado por la austeridad miserable del sexenio lopezobradorista.

Y si a ello le sumamos las amenazas y difamaciones de López Obrador en contra de los medios que lo critican –allí están sus embestidas públicas contra Reforma, Proceso, SinEmbargoMX, entre otros–, el panorama para el periodismo mexicano se ensombrece aún más.

Amenazas. Venta de medios. Zozobra.

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(SINEMBARGO.MX)