Jesús Peraza Menéndez
Vudú neoliberal fetichismo políticos sin juicio
Se ha escrito mucho de la época de izquierda de Rosario Robles, de activista en CCH Naucalpan a Jefa de Gobierno del CDMX. Ahora como muñeca de vudú todos descargan sus culpas, la dejan en el encierro minúsculo de sus recuerdos. Su virtud principal es la de organización del proceso electoral, con Cuauhtémoc Cárdenas ganó las elecciones en 1988 pero hubo fraude; Miguel de la Madrid no quería morir sin confesarlo a la periodista Carmen Aristegui. Con el fraude electoral se inauguró la era del salinismo, entró al juego para salvar al sistema Diego Fernández de Cevallos, quien ordenó quemar las boletas de esa elección y avalar todas las medidas del despojo político-económico.
Con la Corriente Democrática del PRI organizó para Cárdenas con los emergentes Carlos Imaz, Claudia Sheinbaum, Ricardo Pascoe y Pedro Peñaloza, entre otros principales de las “Brigadas del Sol” que venían del movimiento universitario, desde entonces el PRD primero y MORENA después han ganado el gobierno de la CDMX y han ganado la presidencia Cuauhtémoc Cárdenas 1988 y con AMLO 2006 pero han sido defraudados por el régimen con los gobiernos neoliberales prianistas. Ernesto Zedillo Ponce de León emergió tras el asesinato de Luis Donaldo Colosio con el compromiso del jefe máximo, Carlos Salinas, de dejar la presidencia al PAN, a Vicente Fox y luego a FECAL.
Cuando AMLO compitió por el gobierno del estado de Tabasco le impusieron un fraude electoral, vinieron marchas, plantón en el Zócalo, AMLO se convertía en “líder natural” para ser candidato a la CDMX y luego a la presidencia de la República. El PRD dejó su condición de dócil oposición, se sumó a la derecha neoliberal, los residuos del PRI de Roberto Madrazo Pintado y PAN con los neopanistas Fox y FECAL declararon que su objetivo principal era no dejar a AMLO llegar al gobierno de la República. Con todos los informadores e ideólogos de Televisa y Televisión Azteca repetían que AMLO se había convertido en “un peligro para México”. Carlos Salinas de Gortari, acotado por algún tiempo su presencia con el encarcelamiento de su hermano Raúl, había extasiado a Rosario Robles con promesas: la gran operadora de los triunfos con fraudes podía ser la presidenta de la República, para entonces había trabado relaciones amorosas con un proveedor del gobierno de la CDMX, Carlos Ahumada, de origen argentino, quien con financiamiento de Diego Fernández de Cevallos, entre otros, brindaba apoyo financiero a candidatos a distintos puestos públicos. En un acto montado ex profeso, organizado con Televisa, todos vimos a René Bejarano deshacerse, pero también filma a Carlos Imaz, líder del CEU y esposo de Claudia Sheinbaum. Con estas evidencias pactadas Rosario celebra la traición al PRD, golpea a la organización urbana capaz de ganar la CDMX con AMLO; sin ella no llegarían los militantes de la izquierda histórica, cientos de militantes asesinados, pueblos arrasados, masacres, persecución, desapariciones forzadas todo tapado por los medios electrónicos, lo documentan bien periodistas como Jenaro Villamil, Sanjuana Martínez.
Rosario Robles conoció a los hermanos Salinas de Gortari en Economía, Raúl era parte del Grupo de Izquierda Revolucionaria GIR, había otros y otras operaban en CONASUPO-COPLAMAR para insertarse en las organizaciones campesinas de productores, este grupo en reunión en la selva de cafeticultores en donde tenían trabajo en la Unión de Uniones relacionado al principio con la diócesis de San Cristóbal de Samuel Ruiz con los diáconos que se integraron al EZLN con Marcos-Galeano, escindieron del grupo que se denominaba la “O” o Línea Proletaria, además hacia la izquierda otra fracción se rompió, de la que surgió la Asociación Nacional Cívica Revolucionaria (ACNR), cuya descomposición posterior los llevó a la expulsión de los cívicos de Guerrero cuyas raíces son el Partido de los Pobres, ahora en frentes distintos de comunidades y pueblos de la Montaña.
El trotskismo les era letal, lo enfrentaron en Chiapas, en Oaxaca, en Guerrero, La Laguna, donde trabajamos con productores agrícolas y jornaleros, los enfrentamos también en TELMEX, Pemex, en la CNTE, Siderúrgica. Robles ganó el desprecio y la desconfianza de la izquierda, hasta de sus aliados de derecha, podía traicionar a cualquiera. Volvió a la carga con Enrique Peña Nieto, esta vez como asesora del que sería presidente de la República derrotando a AMLO con la operación del fraude de Rosario Robles, que no ocultó, sino exhibió su condición y pertenencia al salinismo de elite, confió en la organización estructural del poder político, empresarios financieros-monopolios mediáticos-sistema de partidos clientelares ahora en franca caída. La nombró secretaria de SEDESO y SEDATU para operar desde el gobierno la embestida contra AMLO y perdieron. La historia sigue, el desenlace está por venir.