Joel Ortega Juárez
“En las cosas del espíritu y la historia, hay cosas a las que no se puede renunciar”.
A. Camus
Gracias a la fraternidad de Mario Renato Menéndez hoy tengo un nuevo comienzo en POR ESTO!
Empecé a leer a Mario a principios de los años sesenta en la revista Sucesos, sus legendarios reportajes de las guerrillas del continente llamado América Latina. En realidad debe llamarse INDOIBERIA, dado que los originales somos nosotros y luego forzados por la conquista se forjó un mestizaje con los invasores de la península Ibérica. Después llegaron los también invasores de Inglaterra al Norte y al Caribe, los franceses y también los holandeses.
Mi generación surgió a la lucha gestada por la gran Revolución Cubana. Mario ha sido un guerrero muy identificado con ella. Durante su estancia en La Habana lo visité y conversamos largamente.
Antes Mario Menéndez Rodríguez dirigió la Revista POR QUE?, la única que publicó las terribles imágenes de la matanza de Tlatelolco y por lo cual lo odió el nefasto Gustavo Díaz Ordaz.
La Revolución Cubana y el Movimiento del 68 los llevo tatuados en mi vida.
En estas colaboraciones intentaré dar continuidad a los sueños libertarios de ambas epopeyas de la lucha por la libertad.
Sigo convencido que en México es necesario derrotar al Estado y su ideología para dotar a los trabajadores de una “cabeza” propia, como decía José Revueltas. Es imprescindible que los oprimidos se liberen de la dominación ideológica, cultural y “moral” que han ejercido los poderosos mediante el discurso demagógico, que en nuestras tierras adoptó perversamente el nombre de la gran Revolución Mexicana, cuyas vertientes populares encabezadas por Francisco Villa y Emiliano Zapata fueron derrotadas por Venustiano Carranza, primero, y después por el grupo Sonora de Alvaro Obregón y Plutarco Elías Calles.
Antes que ellos no debemos olvidar a los hermanos Flores Magón, pioneros de esa rebelión y antes de ellos a los rebeldes comunistas de Chalco dirigidos por Julio López Chávez, fusilado durante el gobierno de Benito Juárez.
La corriente libertaria es añeja en México. Su trayectoria ha tenido avances y retrocesos. Sus protagonistas han sido los movimientos de trabajadores de la ciudad y del campo, como las huelgas ferrocarrileras y magisteriales de fines de los cincuenta, los movimientos estudiantiles de los sesenta, la lucha guerrillera de los setenta y todo tipo de rebeliones.
A nivel planetario, hoy es más vigente que nunca la tesis de Rosa Luxemburgo: Socialismo o Barbarie.
El gran reto es construir un nuevo pensamiento libertario que supere la crisis derivada de la caída del socialismo realmente existente, que sin ceder a los dogmas, sea capaz de forjar un camino que evite la catástrofe planetaria.
En México estamos ante muchos desafíos. La insólita rebelión electoral del 1 de diciembre de 2018 no debe convertirse en otra estafa.
Ante el gobierno del presidente López Obrador se requiere tener una postura crítica que combata a las tendencias derechistas en su gabinete, el Congreso de la Unión, los gobiernos estatales y municipales y ciertos proyectos faraónicos contrarios a los pueblos originarios y el medio ambiente.
Desde esta valiosa tribuna trataré de examinar nuestra realidad y dar continuidad a la lucha contra la desigualdad, por la fraternidad y la libertad.