Opinión

No será tarea fácil 'serenar al país”

Guillermo Fabela QuiñonesApuntes

La terca realidad demuestra que la derecha está “moralmente derrotada”, como afirma el presidente López Obrador siguiendo el pensamiento de Benito Juárez. Por eso mismo se vuelve más peligrosa, pues quedó descubierta su verdadera catadura y ya no tiene que preocuparse por aparentar lo que no es. De ahí que este año que comienza, veamos que sus mercenarios de toda laya estarán muy activos en su afán de obstaculizar la marcha de la 4 T.

No será tarea fácil “serenar al país”, como prioridad señalada por el mandatario, en tanto no se logren resultados concretos en debilitar firmemente la capacidad saboteadora de los conservadores. No se trata de ejercer mano dura del Estado contra la minoría reaccionaria, como sería lo irremediable de continuar con su labor de zapa contra el proceso democrático del nuevo régimen, sino cerrarle las vías que le permiten estar a la ofensiva con plena impunidad.

La violencia en aumento mediático es un fenómeno inercial que será frenado en la medida que se fortalezca el Estado de derecho, lo que implica, en primer lugar, la obligación del Ejecutivo de pasar a la ofensiva contra las causas sistémicas del flagelo: la falta de respuesta del aparato de justicia del Estado; que sea efectiva la destrucción del entramado institucional que fortalece la impunidad; que se cuente con un Sistema de Inteligencia superior al de los conservadores.

Mientras no se avance en la ejecución de tales prioridades, será muy difícil y costoso debilitar la capacidad ofensiva de aquéllos. Por eso, es necesario contar con un aparato de comunicación social del Estado mucho más eficiente que el de los medios concesionados al servicio de poderes fácticos. No se tiene aún, pues no se avanza en el proceso de hacer comprender al pueblo las causas de la violencia, de su incremento inercial, de la descomposición social que no cede.

Se están dejando a la derecha las puertas abiertas para que por ellas entre su propaganda engañosa y reaccionaria. Esto no significa que se le cierren autoritariamente, sino que el gobierno de la 4 T actúe con toda su capacidad para pasar a la ofensiva en el terreno informativo, no permitir que se cuelen desinformaciones aviesas y tendenciosas, como sigue ocurriendo con mucha frecuencia. Por eso mismo, sectores de las clases medias empiezan a decir que se sienten defraudados con el presidente López Obrador, porque no ven resultados en su compromiso de frenar la violencia y la inseguridad.

Las campañas propagandísticas, como la que se puso en marcha con el lema “Todos Unidos por la Paz”, no cumple su cometido porque siguió las pautas abstractas seguidas por los conservadores. Al pueblo hay que hablarle con claridad, decir las cosas por su nombre, no andar con circunloquios. Si queremos paz, es necesario convocar a derrotar a quienes se oponen a ella, y hacerlo comprensible a las masas.

Con Fox y Calderón no se ha tenido que hacer ningún esfuerzo en ese sentido porque ellos mismos se han desenmascarado. Pero en las sombras de los sótanos más oscuros, están los más peligrosos y funestos enemigos del verdadero progreso de México, los más perversos aliados de la ultra derecha global que quieren implantar un régimen siniestro a las órdenes del Nuevo Orden Internacional, orquestado por la cúpula del capitalismo financiero más reaccionario y diabólico que la humanidad haya conocido.