Cristóbal León Campos*
México asumió la presidencia de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) en un contexto mundial por demás complejo, en las últimas semanas las tensiones políticas han conducido a acciones bélicas en el Medio Oriente, debido a la empeñada actitud imperialista de los Estados Unidos que pone al orbe en una nueva crisis. En Venezuela la asamblea derrocó al fin al títere Juan Guaidó al deponerlo y elegir a un nuevo dirigente, aún de oposición pero por el momento respetuoso de los caminos constitucionales de la República Bolivariana, la agresión contra el gobierno de Nicolás Maduro no ha cesado, aunque sí nuevos actores aparecen en la escena. En Bolivia el Movimiento al Socialismo (MAS) logró ser respetado en su derecho a competir en las próximas elecciones que efectuará el gobierno de facto después del golpe de Estado contra Evo Morales, el mismo hecho de participar en las elecciones controladas por los golpistas es un riesgo pero por el momento es el camino para dar cauce a la restitución democrática. Chile continúa movilizado, la Asamblea Constituyente es el deseo popular para salir de la trampa de la negación gubernamental, romper las formas neoliberales y las estructuras dictatoriales que sobreviven, el pueblo de Chile sigue en la primera línea anteponiendo el bienestar de todos contra la degradación impuesta desde décadas atrás. En Haití continúa la agudización de las condiciones de vida, un pueblo olvidado e invisibilizado en el mundo que resiste siglos de opresión, la marcha del deseo haitiano de libertad sigue, a pesar de la noche sobrepuesta desde los centros hegemónicos del poder global. En Colombia los asesinatos de luchadores sociales siguen, la utilización de los falsos positivos para justificar la represión ya ha sido denunciada hasta el cansancio, pero los oídos sordos al clamor popular del gobierno mantiene la fórmula de terror. La Revolución Cubana ha cumplido un año más de ser guía, ejemplo y dignidad, contra todo persiste en un permanente camino de autocrítica, ni el bloqueo genocida ni las amenazas pueden desanimar a quien decidió ser libre por encima de todo.
En ese contexto y mucho más la figura de México da luz en el sendero de la integración latinoamericana y caribeña que había sido desvirtuado por el avance de la ultraderecha y el neofascismo, pues el pasado 8 de enero, con presencia de la mayoría de los países de la región, exceptuando a Brasil y Bolivia, inició el período de dirigencia mexicana de la CELAC, que fue fundada en el 2011, con el deseo de hacer realidad los ideales integradores de unidad y solidaridad que plantearon José Martí y Simón Bolívar desde el siglo XIX. El papel directivo de México será central para reorientar y revitalizar las acciones de la CELAC, cuya congelación fue una de las estrategias imperialistas después de la muerte de los comandantes Hugo Chávez y Fidel Castro, ahora, el gobierno mexicano ha marcado nuevas pautas retomando la esencia del respeto al derecho internacional, la no intervención y la colaboración por el bien de la región, esto lo ha demostrado con su postura frente a la agresiones contra Venezuela, el asilo a Evo Morales y el rechazo al gobierno de facto impuesto tras el golpe de Estado en Bolivia, además, de que libra su propia batalla contra los deseos de dominación de los Estados Unidos, la presidencia de México se asume como una esperanza y con el deseo de reactivar los esfuerzos comunes.
El reto no es menor, hacer uso de la diplomacia de manera estratégica será una de las herramientas principales, la clara diferencia ideológica entre gobiernos es un factor complejo, y más en el marco de las ya mencionadas acciones imperialistas a las que muchos gobernantes regionales se someten sin cuestionamiento. Como primer paso, el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, presentó en la reunión una propuesta con catorce puntos enfocados a lograr la integración y la colaboración mutua:1) Cooperación en espacio y aeronáutica; 2) Gestión integral de riesgos por desastres; 3) Ciencia y Tecnología para las sociedades/STS-1er encuentro CELAC innovación; 4) Primer encuentro CELAC de Rectores; 5) Compras consolidadas en común; 6) Monitoreo sobre la resistencia a antimicrobianos; 7) Metodología CELAC contra la corrupción; 8) Foro Ministerial CELAC-China; 9) Agenda AGONU; 10) Organo de gobernabilidad; 11) Premio CELAC contra la desigualdad y la pobreza; 12) Concertación política regional e intervenciones conjuntas en los foros multilaterales; 13) Gestión sustentable de los recursos oceánicos; 14) Acción Turística Común.
Al término de la primera reunión el canciller mexicano Marcelo Ebrard dijo: “Ha sido una reunión cordial, respetuosa y centrada primordialmente en estos elementos que acabo de referir. Para México es muy importante, es un compromiso de muy alto nivel para la SRE y le vamos a dedicar todo el tiempo y el esfuerzo para tener los resultados que se merecen nuestras sociedades, nuestros pueblos”. Puede notarse la intención subrayada de la dirigencia mexicana por priorizar el trabajo colaborativo para el desarrollo más allá de las diferencias ideológicas tan marcadas en la región, esto puede ser una gran logro o una gran auto-trampa, el espíritu presente es la conformación de un bloque regional fuerte que pueda desarrollar la integración basada en la consciente acción conjunta. El nuevo período de dirigencia abre grandes expectativas para todas las partes. Confiamos que estos puntos puedan ser puentes de unificación e integración para contrarrestar la desfavorable injerencia imperialista estadounidense, los pueblos latinoamericanos y caribeños tienen en la historia el vínculo de su porvenir, sea esta nueva etapa de la CELAC la materialización del sueño unitario de real integración de nuestra naciones hermanas.
*Integrante del Colectivo Disyuntivas