Jorge Islas
Al momento de escribir estas líneas, en los EU hay detectados casi 20 mil casos de contagiados con el coronavirus. De los cuales, casi el 50% se encuentra focalizado en el área de Nueva York y estados aledaños, como lo son Nueva Jersey y Connecticut. Sólo en los cinco municipios de la ciudad de Nueva York (Manhattan, Queens, Bronx, Brooklyn y Staten Island), hay 5 mil 700 casos reportados, más los que se sigan sumando. Así que no es exagerado decir que el epicentro de la pandemia está ubicado en la zona noreste. Las autoridades federales, estatales y municipales se han coordinado bastante bien, tal vez un poco tarde, para intentar aminorar los efectos adversos del Covid-19.
Obviamente han tenido desencuentros por las posiciones que cada uno tiene para atender el problema, pero ha prevalecido el buen juicio de cada instancia de autoridad, para que en el ejercicio de las facultades que tienen asignadas por ley, se estén implementando acciones que estimulan la cooperación entre los distintos órdenes de gobierno. Por dar un ejemplo reciente, el alcalde De Blasio no tenía intención de cerrar las escuelas, porque se estaría restringiendo el acceso a las comidas que ofrece el gobierno municipal a los estudiantes de bajos recursos, ante lo cual y dado el incremento de contagios, el Gobernador Cuomo decretó el cierre de todas las escuelas en el Estado. Hay un interés superior qué proteger y es la vida y el derecho a la salud.
En lo que hay absoluta coincidencia es en la urgente necesidad por reducir el número de contagios lo antes posible, con el fin de evitar un número elevado de muertes en los segmentos de la población más vulnerable y para evitar que el sistema hospitalario pueda colapsar, ante la alta demanda de servicios médicos. Aun cuando es un país de primer mundo, hay un límite en el número de camas, médicos, respiradores y otros enseres que se requieren para la atención de los enfermos en casos graves. Sólo China puede construir dos hospitales en 10 días, para hacer frente a un problema de la magnitud que estamos presenciando.
Después de haber intentado todas las acciones preventivas, como lo son prohibir reuniones de más de 10 personas en lugares cerrados, trabajo en casa para todos los servidores públicos de los gobiernos estatal y municipal, cancelar todos los espectáculos o de entretenimiento deportivo, restricciones para compartir taxis, entre otros, a partir de hoy a las 20 horas, tiempo de NY, quedan cerrados todos los negocios con actividades no esenciales, hasta nuevo aviso. Claramente, es una cuarentena obligatoria que pone al límite a la ciudad, para hacer un último esfuerzo en bajar la curva de contagios.
De esta manera, la ciudad que nunca duerme mantendrá abiertos únicamente hospitales, farmacias, tiendas de autoconsumo, estaciones de policía y bomberos, todo lo demás quedará cerrado, y los neoyorkinos lo han aceptado y entendido de buena manera. No quieren ver replicado el caso italiano en Nueva York. Ya habrá tiempo de socializar en un restaurante del Village o bien, ir al teatro o algún museo, pero no por el momento, con todo y los costos económicos que va a traer en el corto y mediano plazos.
Esta es la segunda línea de acción que ya trabajan las tres instancias de gobierno, para estimular la reactivación de todos los pequeños negocios que están prescindiendo de sus empleados, mediante el ofrecimiento de préstamos con intereses mínimos, prórrogas de pago de rentas y de impuestos, entre otros programas. Esperemos que, en breve, los contagios empiecen a ceder, para que tan pronto y sea posible, la ciudad recupere la normalidad de sus actividades y con ello, se restablezca la economía de la región y del país, donde nuestra comunidad tiene una aportación muy importante, al ser uno de los brazos de trabajo más relevantes en los EU.