Opinión

AMLO sí apoyará a

Paola Félix Díaz*

A las y los mexicanos: El Informe Trimestral del presidente Andrés Manuel López Obrador, presentado el domingo pasado desde Palacio Nacional, reafirmó su convicción con la democracia y la justicia social y fue congruente con los principios y postulados que ha esgrimido antes, al inicio y durante su gestión. Es claro que su administración se centra en las personas, de ahí el enfoque humanista de la política económica y social proyectado para que ambas avancen en un mismo sentido.

A nadie le debería extrañar que esté decidido a romper el molde neoliberal impuesto en las últimas tres décadas, y cuyas políticas, llevadas al límite, fueron la causa de la decadencia económica, social, política, institucional y jurídica de nuestro país. Si hay pobreza, desempleo y desigualdad, si no hay insumos, medicamentos, médicos y camas suficientes para atender a la población de manera cotidiana y durante la emergencia sanitaria, es precisamente porque la combinación de neoliberalismo y corrupción dejó en el último lugar de la lista de prioridades a las y los mexicanos. No obstante, el Ejecutivo Federal garantizó que se está haciendo todo lo necesario para que enfrentemos la inevitable tercera fase de la contingencia en las mejores circunstancias.

En su mensaje, el Presidente de la República fue contundente: no dará marcha atrás en la decisión de atender prioritariamente a quienes poco o nada tienen, a los grupos que históricamente han sido los más afectados por las fallidas políticas económicas y las crisis internas y externas. “Primero los pobres”, por eso dará continuidad a la política de bienestar y a los programas que ya se están implementando, y cuyos beneficios ya son tangibles para millones de personas y familias. Asimismo, continuará canalizando de manera directa recursos para incentivar el mercado interno e impulsar el gasto público que genere millones de empleos para hacer posible la reactivación económica desde lo local.

Fue enfático al señalar que a los 356 mil créditos a pequeños negocios familiares se agregarán 450 mil más en lo que resta del año, y que no se detendrán los proyectos de infraestructura en el área de comunicaciones, telecomunicaciones y transportes para impulsar el desarrollo. Sin embargo, el gobierno sí se apretará el cinturón, por lo que la austeridad y el adelgazamiento del gasto corriente serán medidas fundamentales.

Dejó en claro que la directriz no es rescatar a las grandes empresas, como sucedió en aquel oscuro “error de diciembre” que acabó con la clase media y confinó a la miseria extrema a los que tenían la esperanza de superar la pobreza. No habrá dispensas fiscales, pues, aunque no lo dijo, sabemos que la consecuencia de que el gobierno deje de recaudar implicaría reducir los ingresos en perjuicio de las finanzas públicas y de la justicia distributiva, afectando los programas sociales, así como los recursos que reciben las entidades y los municipios, al romper con el Sistema Nacional de Coordinación Fiscal y mermar los ingresos que forman parte de la recaudación federal participable.

Somos muchas mexicanas y mexicanos que, aunque no con la velocidad que nos gustaría, tenemos esperanza en que la política económica caminará hacia un destino más humano y corresponsable y menos individualista. En momentos de crisis, es alentador saber que Andrés Manuel no nos dejará solos y que la transformación de México sigue en marcha.

*Titular del Fondo Mixto de Promoción Turística de la CDMX; activista social y exdiputada federal