Síguenos

Última hora

Congreso de Campeche exhorta a municipios justificar el ejercicio del presupuesto 2024

Opinión

NO es momento de exigir privilegios

Guillermo Fabela Quiñones

La actitud asumida por la cúpula del sector empresarial, luego de conocer el informe que presentó el presidente López Obrador la tarde del domingo, de absoluto rechazo porque no se comprometió a mantener privilegios otorgados en seis sexenios, demuestra no sólo la insensibilidad social que caracteriza a buena parte de la iniciativa privada, sino plena ausencia de compromiso histórico con la nación.

Es muy lamentable que hayan desaprovechado la oportunidad para demostrar su disposición a contribuir a superar la crisis derivada del Covid-19, que comprenden que no es momento de exigir privilegios. Al contrario, cerraron filas para demandarlos, como si el país no estuviera agobiado por treinta y seis años de nulo crecimiento real de la economía, mientras sus empresas se beneficiaron por las políticas públicas de saqueo del erario y gravísima afectación social.

Esperaban que sus exigencias, directamente al mandatario, tuvieran los resultados de sexenios anteriores. No fue así, de ahí que ayer lunes fueran recibidos de nuevo en el Palacio Nacional, seguramente para calmar su enojo e inconformidad. Sus declaraciones, el mismo domingo por la noche, dejaron ver su disgusto. Los dirigentes de los principales organismos empresariales coincidieron en sus críticas al mandatario, algunas en tono amenazador.

Esta crisis sanitaria adelantó lo que era previsible que aconteciera: el endurecimiento de la iniciativa privada, con el firme propósito de hacerle sentir al jefe del Ejecutivo que tienen la fuerza suficiente para ponerlo de rodillas. Ahora no queda otro camino al Presidente que enfrentar el reto con firmeza, única opción para frenar las tentaciones golpistas que se huelen en el aire. No hacerlo sería suicida, como lo demuestran situaciones semejantes en otras naciones, no sólo en nuestro continente.

En esta hora crucial, el líder de la Cuarta Transformación está obligado a exigir a la elite empresarial enriquecida a la sombra del Estado, mínimos sacrificios que no les reportarían daño alguno. El problema es que no están acostumbrados a solidarizarse con la nación, no lo consideran necesario porque los sacrificios siempre los han hecho los trabajadores del campo y la ciudad, así como las clases medias. Hoy la crisis es tan grave, a nivel global, que el mandatario está obligado a forzarlos a ver la realidad. Los chantajes no son válidos en las actuales circunstancias, se les revertirían como le está ocurriendo a Donald Trump.

Los dirigentes de los principales organismos del sector privado saben muy bien que lo más conveniente para ellos mismos es asumir su responsabilidad social, porque no hacerlo tendría efectos gravísimos para el país, pero también para ellos, porque el mundo está cambiando como lo demuestran las consecuencias de la crisis sanitaria mundial que está contaminando todo a su paso, incluida la economía de mercado.

Como dice un dicho popular, “el horno no está para bollos”, el cual viene muy al caso; los caprichitos de la cúpula empresarial son de lo más inoportuno e indignante. No hay razón para que sigan exigiendo privilegios como si el mundo siguiera en jauja neoliberal. Corresponde al mandatario hacer ver tal realidad a una minoría que tiene la desfachatez de exigir privilegios cuando sus cuentas en bancos extranjeros suman 3.3 por ciento del PIB, según el Banco de México.

Si no quieren solidarizarse con la nación, como tampoco lo hicieron los conservadores con la patriótica lucha juarista, y los porfiristas con las masas campesinas que lucharon por reivindicaciones sociales fundamentales, la 4T tendrá que seguir sin ellos.

[email protected]

Twitter: @VivaVilla_23

Siguiente noticia

Narcotráfico, crimen y violencia en tiempos del coronavirus