Opinión

Regreso a las actividades académicas presenciales

Jaime Valls Esponda*

El 30 de abril del 2020, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), en conjunto con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y el Banco Mundial publicaron las nuevas directrices sobre la reapertura segura de las escuelas, las cuales deben guiarse bajo el principio del interés superior de los estudiantes y las consideraciones generales de salud pública, basadas en una evaluación de los beneficios y riesgos asociados, informadas por evidencia intersectorial y específica del contexto, incluyendo educación, salud pública y factores socioeconómicos.

En las últimas semanas hemos sido testigos de las reaperturas escalonadas que han anunciado países como Francia, Alemania, China y Japón para retomar sus actividades después del período de confinamiento. En lo que respecta a la educación, la práctica común ha sido el retorno de manera progresiva y en grupos reducidos para garantizar la sana distancia.

La Unesco ha sugerido que las reaperturas aseguren un funcionamiento seguro de las escuelas, la compensación de los aprendizajes perdidos y la atención prioritaria de los alumnos en desventaja.

En México, en concordancia con estas recomendaciones, el Presidente Andrés Manuel López Obrador declaró que la vuelta a las aulas será con base en diagnósticos de las autoridades sanitarias, priorizando y dejando a salvo la salud y los derechos de las maestras, los maestros, los estudiantes y los padres de familia.

Por ello, las autoridades de salud publicaron en el Diario Oficial de la Federación un acuerdo mediante el cual se establece la estrategia para la reapertura de las actividades sociales, educativas y económicas, así como un sistema de semáforo por regiones para evaluar semanalmente el riesgo epidemiológico en cada entidad federativa. La reapertura deberá llevarse a cabo de manera gradual, ordenada y cauta. Además, contiene acciones para preparar a la sociedad para una apertura más amplia como la elaboración de protocolos sanitarios, la capacitación del personal, la implementación de filtros de ingreso, la sanitización e higiene de los espacios de trabajo, entre otras acciones para prevenir rebrotes.

Por su parte, el Secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma Barragán, enfatizó que el regreso a clases presenciales será hasta que existan condiciones de seguridad para todos los actores que integran la comunidad escolar, y sólo se abrirán las escuelas cuando los diagnósticos indiquen semáforo verde.

La ANUIES y sus instituciones asociadas, públicas y particulares, seguiremos las recomendaciones de la Secretaría de Salud y la Secretaría de Educación Pública para la reapertura ordenada y segura de los centros educativos, tomando todas las medidas de higiene y distanciamiento social que se determinen para garantizar la seguridad de los alumnos, los profesores, y en general de toda la comunidad universitaria.

Twitter: @jaimevalls

*Secretario general ejecutivo de la ANUIES