Opinión

Alfredo García

En su afán aislacionista el presidente Donald Trump anunció el pasado jueves su decisión de retirarse del Tratado de Cielos Abiertos, suscrito por 33 países y vigente desde enero de 2002, distanciándose de los grandes consensos mundiales para imponer sus intereses como gran potencia.

Con la unilateral decisión, Trump asesta un nuevo golpe al multilateralismo, engrosando el desastre que va dejando en política exterior.

El acuerdo establece un programa de vuelos de vigilancia aérea sin armamento sobre el territorio de todos los países participantes, para mejorar el entendimiento y confianza entre todos independientemente de su tamaño, mediante la obtención de información sobre efectivos y operaciones militares con fines agresivos.

El objetivo fue promover confianza entre los países y evitar un conflicto bélico entre Estados Unidos y Rusia. Trump tomó la decisión con el pretexto de múltiples incumplimientos del Tratado por parte de Rusia. Trascendió que la Casa Blanca notificó su resolución el jueves a sus aliados internacionales y tiene previsto informar a Moscú el próximo viernes.

Un largo expediente de abandono a acuerdos de cooperación multilateral arrastra Trump desde su llegada a la Casa Blanca. Tres días después de jurar como presidente se retiró del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica, (TPP por sus siglas en inglés) suscrito por 12 países (el 40% de la economía mundial y casi un tercio del comercio internacional). En junio de 2017 anunció su retiro del Acuerdo de París contra el cambio climático, firmado por 195 países, que establecía el compromiso de reducción de gases de efecto invernadero y mantenimiento del calentamiento global por debajo de los 2 grados centígrados.

En octubre de 2017 Trump se retiró de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, UNESCO, alegando presunta discriminación israelí. En diciembre de 2017 abandonó el Pacto Mundial de la ONU sobre Migración y Refugiados, con el argumento de varias disposiciones inconsistentes con las políticas de inmigración y refugiados de Estados Unidos. En mayo de 2018 rompió con el Acuerdo Nuclear con Irán echando por tierra el esfuerzo diplomático de varios años de negociaciones de Estados Unidos, Rusia, China, Reino Unido, Francia y Alemania, respecto al programa nuclear iraní.

En junio de 20l8 el mandatario norteamericano anunció su salida del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, con el mismo argumento utilizado para abandonar la UNESCO. El 2 de febrero de 2019, suspendió su participación en el Tratado sobre Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio, (INF por sus siglas en inglés) firmado por Ronald Reagan y Mijail Gorbachov en 1987, que prohibía los misiles nucleares de medio y corto alcance. Además, amenazó con salir de la Organización Mundial del Comercio, OMC, si Estados Unidos no recibe un mejor trato por parte de la organización.

Aun sin información oficial de Estados Unidos, el viceministro de Exteriores, Alexander Grushko, acusó a Washington de “socavar” un acuerdo fundamental y afirmó que la retirada “afectaría a todos los firmantes”. Según el Ministerio de Exteriores ruso, la retirada del Acuerdo supone un “golpe a la seguridad internacional”.

El Tratado de Cielos Abiertos fue propuesto por el presidente Dwight Eisenhower, en 1955, pero la victoriosa URSS no aceptó. El presidente George H.W. Bush lo resucitó en 1989 en medio de la agonía del sistema soviético y “negoció” el polémico Tratado con un Pacto de Varsovia desmoralizado.

Poco después, el 31 de marzo de 1991, el bloque militar socialista liderado por la URSS fue disuelto por los 8 jefes de Estados miembros.