Alvaro Cepeda Neri
Conjeturas
I.- Muy atinada la nota de la reportera Isabel González (Excélsior: 15/V/20), en referencia a que a López Obrador ya le anda por seguir su campaña –que lleva contabilizados más de 14 años– y que se titula: Presidente busca reanudar sus giras. Pide permiso a Hacienda y Salud. Con un presidencialismo tan autoritario, es falso que el “señor presidente” haya solicitado “permiso” a sus dos subalternos, los titulares de las secretarías de Hacienda y de Salud, para andar de gira que es su mero mole, ya que ambos son sus empleados y no los toma en cuenta ni para ordenar cuándo funcionará su “semáforo”. Pues es muy claro que desde que tomó posesión, allá por diciembre de 2018, ha hecho y deshecho, con el aval de sus legisladores que, asimismo, dependen de él, para todas sus decisiones administrativas y económicas; así como sobre el coronavirus, suprimir las partidas federales a los estados, desaparecer los fideicomisos y todo lo que, con el poder absoluto que ejerce, ha estado imponiendo.
II.- Su decisión de militarizar la seguridad pública, recibió críticas y mandó decir que no le importan, ya que él sabe lo que le conviene al país más allá de su competencia federal. Los gobernadores han tenido que enfrentarse a su abuso del poder, ya que no pide permiso a nadie y es de los que “va derecho y no se quita”, ejerciendo un autoritarismo que ya empieza a ser un golpe de mano dictatorial. Por eso es que no puede engañarnos, diciendo que pidió permiso a sus dos empleados, a quienes no hace caso y en sus narices los contradice, con relación a que se va de gira; y que solamente ordenará a Morena que sus reuniones sean de 50 personas y a los que no saludará de mano ni de beso, solicitando que lleven cubrebocas, lentes y se laven cada hora las manos, para desterrar a la peste. Lo que quiere López Obrador es estar en todas partes de nuestra geopolítica para hacer proselitismo; y que la baja en su popularidad vuelva subir, para que cuando llegue la hora de la consulta sobre su permanencia, no vaya a resultar con que los ciudadanos, en su mayoría, voten por que se vaya.
III.- Así que eso de que pide permiso a sus empleados es pura demagogia. Quiere irse para juntar a sus simpatizantes y que le aplaudan sus frases en discursos a su muy particular estilo: con pausas (dice que así lo hace para pensar mejor lo que va a decir). Esto y sus “yo tengo otros datos”, es lo que le fascina y ya se aburrió de estar de “solitario de Palacio”. Así que volvió a sus giras, ritmo que se acostumbró desde que anduvo tantos años como candidato presidencial. Con o sin permiso –nomás faltaba– emprendió su campaña electoral, para buscar imponer gobernadores el año que viene y que no le vaya a pasar lo que a su Bonilla. Así que es puro adorno decir que Jorge Alcocer Varela y Arturo Herrera Gutiérrez –de las secretarías de Salud y Hacienda, respectivamente– le dieron permiso. Esto es con la finalidad de que digamos que es muy respetuoso, cuando ha estado haciendo lo que quiere y por eso la Nación esta angustiada de que busque hacer más proselitismo electorero.
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