Roger Aguilar Cachón
Desde el momento en que se dio a conocer que era posible la llegada del nuevo virus del coronavirus (conocido de manera general como COVID-19) y la posterior declaración de la pandemia, fuimos testigos de todo lo que ocurría en el mundo entero, en nuestro país y también en nuestro Estado. Aunque nunca imaginamos que llegaríamos a tener un gran número de personas contagiadas y un elevado número de fallecimientos hasta la fecha de la presente nota.
Nos fuimos convirtiendo en auditorio cautivo de las conferencias de las 7 de la noche, bajo la batuta del subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Dr. Hugo López-Gatell Ramírez, unos por la intención de estar informados y conocer el desarrollo de la pandemia tanto en la Ciudad de México como en el resto del país. Y desde el mes de marzo a la fecha y conforme la crisis sanitaria avanza, hemos sido testigos de la inclusión a nuestro lenguaje cotidiano de nuevas palabras que van acompañando a esta pandemia/epidemia y que, “sin querer queriendo”, ya forman parte de nuestro léxico.
Pandemia, epidemia, coronavirus o COVID-19, cuarentena, contingencia, sana distancia, aplanar la curva, movilidad, comorbilidad y sanitización (pese a ser errónea), son algunas de las palabras que desde el inicio de la crisis sanitaria la sociedad yucateca ha venido escuchando y leyendo por los medios de comunicación y ya forman parte de nuestro lenguaje cotidiano. Aun cuando se termine el problema sanitario actual, esos conceptos ya nos acompañarán siempre; algunos ya los conocíamos y otros no. Daremos algunos datos de los nuevos conceptos.
Por pandemia se entiende una enfermedad epidémica que se extiende a muchos países o que ataca a casi todos los individuos de una localidad o región. En el caso que nos ocupa nos pudimos dar cuenta (la sociedad en general) de que ya era una pandemia la del coronavirus o COVID-19 cuando vimos que desde la lejana Wuhan en China, se comenzó a propagar por todo el mundo, pasando a Europa, Asia y luego hasta nuestra América Latina, afectando de manera directa a nuestro país y de manera específica nuestro Estado y ciudad de Mérida.
Posterior a este concepto, por algunos ya conocido, se comenzó a escuchar otro, el de la epidemia por la cual se entiende como una enfermedad que ataca a un gran número de personas o animales de un mismo lugar y durante un mismo periodo de tiempo. Es decir, que de la pandemia pasamos a la epidemia que es la que ahora nos está afectando a todo los mexicanos y los yucatecos, ya que se está presentando en un mismo tiempo y atacando a un buen número de personas. En nuestro Estado ha habido epidemia de influenza, de sarampión, de viruela y otras más que atacan de manera específica a los animales.
La enfermedad que nos está afectando es denominada coronavirus y de manera más práctica y apegada al lenguaje anglosajón la conocemos como COVID-19 (por sus siglas en inglés y el año de aparición). La sociedad mexicana ya la ha adoptado como una palabra más de nuestro vocabulario. Y también gracias al ingenio mexicano, el coronavirus o el COVID-19 ha sido protagonista de memes, canciones, cumbias y corridos. No dudamos que alguna persona, establecimiento comercial, o alguna marca, adopten este nombre para comercializar algún producto.
El concepto cuarentena la mayoría de las personas lo relacionan como el tiempo que una mujer tiene que pasar o guardar reposo posterior de haber dado “a luz” o haber tenido un bebé. Aunque de manera general se utiliza como los 40 días, más o menos, que una persona debe de estar aislada, o bien, no salir a realizar sus actividades cotidianas de forma posterior a haber tenido una enfermedad de tipo infecciosa. Pero en la actualidad y como resultado de esta pandemia/epidemia, las autoridades federales y estatales conminaron a la población a estar en cuarentena ante esta crisis, aunque en realidad esto ya es más que una cuarentena y se está convirtiendo en una setentena, que en nuestro caso particular comenzamos el 17 de marzo y supuestamente se terminará el 1 de junio (76 días). Aunque las autoridades han mencionado que esto se pueda prolongar.
La contingencia, también llamada por algunas personas confinamiento en caso de la enfermedad COVID-19, hace referencia a la imposibilidad de salir del hogar a realizar actividades de carácter común. Estar en contingencia es la posibilidad de evitar un mayor número de contagios de una determinada enfermedad, utilizando para esto, además de estar dentro de nuestros hogares, las herramientas que de manera personal se deben de observar si es necesario salir de sus hogares. La contingencia en pocas palabras, no es más que seguir el mandato de quédate en casa. Esta acción que se presenta ante una crisis sanitaria, si bien es cierto que es necesaria para frenar la posibilidad de contagio, también el permanecer por tiempo prolongado en los hogares crea una especie de problemas de carácter psicológico y emocional.
El procurar la sana distancia o distanciamiento social es otro de los conceptos que ya forma parte de nuestro lenguaje cotidiano, el de la letra recuerda que la única distancia que se tomaban en los ayeres de escolar, era la que tomábamos cuando estábamos en una ceremonia cívica, o bien, al momento de participar en algún desfile, mas este concepto ya ha traspasado las fronteras de nuestra imaginación. Esta acción dictada por las autoridades sanitarias federales y estatales va acompañada del uso del cubre-bocas. Se recomienda una distancia de 1.50 m (metro y medio) entre personas para evitar que cuando una hable o estornude (sin tener cubre-bocas) las gotas que salen de su boca puedan llegar a nosotros y contagiarnos. En nuestra ciudad, se ha podido ver en los lugares públicos que sí se está siguiendo esta indicación. Y la pregunta es que si cuando salgamos de la cuarentena esta práctica se continuará por más tiempo.
Aplanar la curva, sin lugar a dudas este es un concepto que los matemáticos y estudiosos de las ciencias exactas no estarán muy de acuerdo, ya que las curvas no pueden aplanarse, pero que el ya famoso Dr. Hugo López-Gatell Ramírez, subsecretario Prevención y Promoción de Salud, ha explicado que es una metáfora para indicar que si los casos de COVID-19 se encuentran a la baja, ya que en realidad los números se irán incrementando y la famosa curva seguirá su paso hacia arriba. Es posible que sea una analogía de reducción de casos de esta enfermedad, porque en realidad la curva nunca se podrá aplanar.
El término comorbilidad hace referencia a aquellas enfermedades que acompañan al paciente al momento de contraer la enfermedad, mismas que pueden detonar con un desenlace no esperado. Se ha mencionado que las comorbilidades son factores importantes para que la persona se pueda agravar en el proceso. Entre éstas se pueden mencionar: la diabetes, la obesidad, problemas de carácter respiratorio, insuficiencia renal, problemas cardíacos, VIH, entre otras. Es por eso que cuando escuchamos los informes diarios y hacen referencia a la muerte de algún paciente de COVID-19, se menciona que su deceso tenía como comorbilidad alguna de las enfermedades antes mencionadas.
Por último, se hará mención de un término que ha sido mal traducido del inglés y que a pesar de que se ha mencionado en varios medios, se continúa utilizando entre comunicadores y todo aquel que se encuentre relacionado con esta enfermedad, me refiero a la sanitización, término que no es aceptado por la Real Academia Española (RAE) ni por los diccionarios mexicanos. En todos lados se ve escrito y escucha, “se está sanitizando”, “es necesario hacer una sanitización”, cuando lo correcto es decir “hay que higienizar”, “sanear” o “desinfectar”. Aun cuando sea una palabra derivada de esta pandemia/epidemia, es necesario utilizar las palabras adecuadas y más aún cuando algún reportero o autoridad sanitaria la menciona. La escuchamos en conferencias de prensa, en algunos reportajes y aun en las redes sociales; es necesario apegarse al buen hablar y escribir.
Pues hasta aquí, mis caros y caras lectoras, el recuento de algunos de los conceptos que han derivado de esta pandemia/epidemia del COVID-19 que, de seguro, algunos de estos conceptos ya forman parte de nuestro lenguaje cotidiano.