Gustavo de Hoyos Walther
El reciente anuncio de una reforma al sistema de pensiones, que fue construida con el acuerdo de las organizaciones de trabajadores, de empleadores y del Gobierno Federal, es de gran relevancia para el país.
Todos coincidimos en que la reforma al Sistema Nacional de Pensiones debe poner al trabajador mexicano en el centro. Actualmente muy pocos trabajadores cumplen con los requisitos para acceder a una pensión. Sólo el 25% de la generación Afore será elegible para una pensión mínima garantizada. Peor aún: los pocos que logren cumplir con los requisitos de pensión sólo recibirán entre el 20 y 30% de su último sueldo. De los 55.6 millones de trabajadores mexicanos, sólo el 11% (6.08 millones) tendrán acceso a una pensión que ni siquiera será suficiente. Esta es la realidad actual de nuestro Sistema de Pensiones.
Se debe procurar que la reforma al Sistema de Ahorro para el Retiro tome en cuenta la cruda realidad del retiro en nuestro país y busque solucionar los problemas actuales: de alcance (que llegue a más mexicanos), suficiencia (que el ingreso al retiro sea lo más parecido al ingreso antes de retirarse) y de solvencia (que los recursos estén reservados y profesionalmente invertidos). El aumento paulatino hasta llegar al 15% en el ahorro obligatorio, es una propuesta de gran relevancia, y que resulta impostergable ante la evidencia de que el 6.5% no es suficiente para que los trabajadores accedieran a una pensión digna. Este incremento en el ahorro, garantizaría un ingreso suficiente para que los adultos mayores puedan cubrir sus necesidades básicas y gocen de un retiro digno: entre mayor sea el ahorro, mejor será la pensión. Del mismo modo, la reducción de 1,250 a 750 semanas necesarias para tener derecho a una pensión permitiría que un mayor número de mexicanos puedan acceder al sistema de pensiones, considerando que, dadas las condiciones del mercado laboral mexicano, un trabajador, en promedio, sólo logra cotizar 14 años a la seguridad social.
Ahora bien: No debemos perder de vista que uno de los objetivos primordiales de la misma es que el mayor número de mexicanos pueda acceder a una pensión digna, incluyendo a los 31.3 millones de trabajadores fuera del sector formal y que representan el 56.2% de la población ocupada. Asimismo, es de gran relevancia considerar que tengan un esquema de retiro, los aproximadamente 20 millones de trabajadores independientes (médicos, proveedores de servicios en diversos oficios, artistas, periodistas, conductores de plataformas de transporte y de repartidores, y un largo etcétera) que hoy no gozan de una protección esencial para contar con un ingreso al final de su vida laboral. La Iniciativa de Reforma que se presente al Poder Legislativo, debe tomar en cuenta que las condiciones laborales en México se han modernizado en los últimos 25 años; debe considerar incluir a los trabajadores independientes bajo el esquema de aportaciones obligatorias, utilizando figuras como la del Plan Personal de Retiro, que bien puede sumarse a la cuenta complementaria de la Afore e incluso invitar a otros actores relevantes del sector financiero: casas de bolsa, aseguradoras, bancos, operadores de sociedades de inversión, en condiciones similares al resto de los trabajadores, accediendo a una garantía de pensión mínima acorde a su ahorro.
Los mecanismos de captación ya existen. Tanto en el pago de impuestos de los trabajadores independientes (ISR e IVA) como en el Sistema de Ahorro para el Retiro (redes comerciales físicas y en dispositivos móviles). Al día de hoy existen 66 millones de cuentas individuales en las Afore, dentro de las cuales los trabajadores, tanto formales como independientes, pueden incrementar su ahorro, beneficiándose de las tasas de intereses que las Afore han dado al sistema (4.5% reales, por encima de inflación). Beneficiando a los trabajadores formales con prestaciones, se pueden apoyar las aportaciones voluntarias y complementarias de retiro, facilitando la deducibilidad de impuestos. A través de modelos exitosos en otros países (ie UK/NEST), se desarrolló un esquema opcional de entrada (opt in) para trabajadores de hasta 3 salarios mínimos y un esquema opcional de salida (opt-out) en el que los trabajadores son inscritos automáticamente en el programa de ahorro y ellos deciden si permanecer o no. Ambos esquemas permiten a las empresas retener el ahorro de largo plazo de todos sus empleados. La propuesta de mejorar las condiciones pensionarias de los trabajadores que participan en la economía formal es un gran avance que no podemos celebrar y bajo ningún concepto debemos detener. Es digno de celebrarse por el bien de México. Pero pensando en un desarrollo integral, no es viable dejar fuera de la seguridad social a más de la mitad de la fuerza laboral del país. Sólo considerando nuestra situación laboral real podremos alcanzar una reforma integral, que contribuya a prevenir la pobreza en la vejez de millones de trabajadores mexicanos.
*Presidente Nacional de Coparmex