Una vez más, los gobiernos federal y capitalino contuvieron a manifestantes con gases lacrimógenos, piedras, extintores y vallas. Esta ocasión fue la respuesta anticipada que dieron a las protestas por el Día de la Mujer.
Fueron cerca de cinco horas de protesta frente a Palacio Nacional. Las vallas de “protección” mantuvieron el enojo vivo. Aunado a eso, los miembros policiales que estaban detrás respondieron tanto con extintores como con gas lacrimógeno y piedras. Y no sólo eso: las amenazas verbales de violencia sexual hacia las manifestantes fueron una constante. Sí, así ocurrió justo en la marcha que buscaba poner un alto a la violencia misógina.
Aunque Palacio Nacional fue el epicentro, desde el Monumento a la Revolución las paredes comenzaron a lucir los nombres de las que faltan: María, Gisela, Clara, Verónica, Irma, Rosa, Martha, Marina, Nancy, Michelle, Saira, Adriana, Gloria, Araceli… Más allá de la valla y los policías, las mujeres guardan el enojo que provoca la impunidad que hay en México contra sus agresores: el 97 por ciento de los casos de feminicidio queda impune, según cifras de Naciones Unidas México (ONU-México).
“Estoy harta de tener que rezar para llegar con vida a casa”, decía en ese sentido la cartulina de una manifestante. La realidad es que ni la pandemia de COVID-19 ha frenado las agresiones contra mujeres, como la violación.
A pesar de esos datos y de esa realidad a la que se suman la brecha salarial de género o el techo de cristal, la opinión generalizada hacia las mujeres que salieron en la calle es que son “malditas”, esto de acuerdo con las tendencias en Twitter. Aunque para esto también hubo otra cartulina pegada frente a Palacio: “’No son formas de pedir’. Ni siquiera tendríamos que pedirlo”.
Por la mañana, el Presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró, como lo ha venido haciendo desde que es cuestionado por la situación de violencia contra las mujeres, que son sus adversarios los que están detrás porque “ahora son feministas”. En la manifestación —que él pudo observar o al menos su equipo cercano porque las ventanas de los balcones de Palacio se abrieron de manera constante— no hubo presencia de partidos políticos, ni en la Plaza ni mucho menos sufriendo el picor del gas pimienta en los ojos y garganta.
“Me dolió más cuando me violaron”, gritó una mujer. Luego se tiró al piso afectada por el lacrimógeno. Hasta esas horas del día y a esas alturas del enfrentamiento, no había ningún atisbo de panistas o priistas.
No obstante, sí se registró la presencia de varios hombres infiltrados, quienes agredieron y provocaron a policías de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México (SSC-CdMx). Incluso, José Alfonso Suárez del Real, Secretario de Gobierno de la Ciudad de México, confirmó durante la noche que oficiales de la Ciudad de México fueron agredidas por sujetos durante la manifestación.
A esto se sumaron otros episodios, como la detención irregular de cuatro reporteras que se alistaban a realizar la cobertura de la marcha: la fotoreportera de EFE, Sáshenka Gutiérrez; Gabriela Esquivel, de 24 Horas; Leslie Pérez, del Heraldo de México, y Graciela López, de Cuartoscuro. La policía de la CDMX informó que se investiga el hecho.
Un episodio que generó polémica fue la supuesta presencia de “francotiradores” en la parte alta de Palacio Nacional. A lo largo de la jornada, se difundieron grabaciones que constataban la presencia de hombres en la cima de la residencia oficial del Presidente. No obstante, el vocero del Gobierno federal, Jesús Ramírez Cuevas, salió a aclarar que nunca hubo personal armado. “Se trató de personal de resguardo que usó un inhibidor de drones tipo Hikvision para evitar vuelos sobre Palacio por ser un área reservada por seguridad”, escribió.
Pese a estos incidentes, la postal que se mantuvo a lo largo de la tarde-noche en la Plaza de la Constitución fue la presencia de cientos de mujeres, quienes se apropiaron de las calles, de los espacios públicos, para manifestar su enojo e ira por la espiral de violencia con la cual tienen que lidiar todos los días. Ellas lo hicieron a nombre propio, pero también por quienes no pudieron hacerlo.
LA MARCHA DE NORTE A SUR
Lejos de la Ciudad de México, en otras entidades, las mujeres se organizaron y se movilizaron para alzar la voz ante los diferentes tipos de violencias con las cuales tienen que lidiar a lo largo y ancho del país.
En Toluca, en el Estado de México, por ejemplo, un grupo de mujeres martilló y prendió fuego al Congreso estatal, sin que se reportaran lesionados. En esa misma entidad, pero en Ecatepec, una colectiva de feministas realizó la marcha denominada 8M y se manifestó frente al edificio del Gobierno municipal. La protesta, que inició en la Vía Morelos junto a la casa de Morelos, estuvo encabezada por mujeres cuyas hijas fueron asesinadas.
En Guadalajara, a su vez, tuvo lugar una movilización de la Glorieta de la Normal hasta las instalaciones del Centro de Justicia para la Mujer. Durante el trayecto, reportó la agencia fotográfica Cuartoscuro, algunos grupos radicales vandalizaron algunos inmuebles.
En tanto, en Quintana Roo se llevaron a cabo marchas sobre la zona hotelera de Cancún, así como en Playa del Carmen, y en la ciudad capital de Chetumal. En estas protestas no se registraron incidentes.
En San Luis Potosí, integrantes de colectivas feministas iniciaron una manifestación por calles del centro histórico de la capital y recorrieron diversas dependencias públicas e instituciones, donde demandaron trato equitativo para las mujeres.
En Puebla, la “marea morada” inundó las calles para exigir un alto a la violencia, los feminicidios y justicia para las víctimas. Las mujeres se congregaron afuera de la Fiscalía estatal en donde se encontraron con vallas colocadas para proteger el edificio. Sin embargo, lograron brincarlas para plasmar los nombres de las víctimas y colocar en lo más alto de una pared la leyenda: “México Feminicida”.
En Guerrero, uno de los 15 estados que elegirá a Gobernador el próximo 6 de junio y donde ha causado polémica la candidatura de Félix Salgado Macedonio, se registraron tres marchas casi simultáneas en Acapulco, Chilpancingo y Zihuatanejo.
Con consignas como “ni una más, ni una asesinada más” y “un violador no será Gobernador”, se manifestaron este Día Internacional de la Mujer.
En Culiacán, Sinaloa, las mujeres convocaron a una manifestación a las afueras de la Fiscalía General del Estado, donde cartulinas con diferentes mensajes por el 8 de marzo fueron quemadas en protesta hacia la institución que no ha cumplido a las familias de las víctimas.
En Hermosillo, Sonora, un gran número de mujeres, además de caravanas de vehículos y ciclistas, marcharon desde el bulevar Kino hasta la plaza Emiliana de Zubeldía. Con consignas como “nos quemaron y nos hicimos fuego”, “si no vuelvo mañana, recuérdame llena de sueños” y “no murió, la mataron”, madres, hijas y hermanas se congregaron para exigir justicia y un alto a los feminicidios.
Por: Daniela Barragán