¿Cuáles son las grandes corporaciones que gastan más recursos y esfuerzos para secuestrar la política pública?, ¿cuáles invierten más en campañas de los políticos para buscar sus favores una vez que ganen las elecciones?, ¿cuáles invierten más en cabilderos para ganarse a legisladores y funcionarios públicos?, ¿cuáles dedican más recursos para financiar a científicos y asociaciones profesionales para que publiquen estudios y tomen posturas a su favor? La organización Feed the Truth (Alimenta la Verdad) ha presentado un ranking de 10 de las corporaciones más poderosas en alimentos y agricultura calificando su interferencia en la política. Estas acciones de interferencia, de captura de la política y los políticos, están dirigidas a que no se establezcan leyes, reglamentos o normas que les impidan seguir contaminando con plástico o pesticidas el medio ambiente, que les impidan seguir comercializando libremente sus productos ultraprocesados en todos los espacios, incluso en las escuelas, que les impidan seguir publicitándolos a los niños, etcétera. Acciones que buscan impedir cualquier instrumento fiscal, como impuestos, que permitan a los gobiernos cubrir parte de las externalidades que generan, de los daños en salud y al medio ambiente que provocan. La clasificación se realizó a partir de cuatro acciones que realizan estas corporaciones para secuestrar la política: pago de campañas políticas, cabildeo en el Poder Legislativo y en el Ejecutivo, recursos para grupos y asociaciones de científicos, donaciones que aparecen como filantropía para organizaciones que pudieran representar una amenaza. La empresa Coca-Cola ocupa el primer lugar del ranking general establecido por Feed the Truth y que es una suma de las cuatro tipo de acciones evaluadas. En lo particular, aparece en el segundo lugar de recursos destinados a campañas electorales, después de la empresa Mars. Aparece como la primera empresa con recursos millonarios destinados al cabildeo, también en primer lugar en recursos destinados a organizaciones sociales (salud, comunitarias, ambientalistas, etcétera) con el fin de maquillar su imagen de responsabilidad social y ambiental, y ocupa el segundo lugar en fondos destinados a académicos, asociaciones de profesionales de la salud e instituciones para tener un discurso vestido de ciencia que sirva para reforzar su narrativa. A pesar de que las mayores corporaciones de alimentos y agricultura han tenido un fuerte impacto negativo en nuestra salud, en el medio ambiente y la economía, existe muy poca información de cómo han venido manipulando el sistema político a su conveniencia. El ranking de Feed the Truth reconoce que existe muy poca transparencia sobre los recursos que destinan estas corporaciones para la captura de la política y la ciencia. La segunda empresa en el ranking general es PepsiCo. Ocupa el tercer lugar entregando recursos a políticos para sus campañas electorales, el segundo lugar en recursos destinados a organizaciones sociales, el cuarto lugar en dinero dirigido al cabildeo. La tercera posición en esta calificación sobre interferencia en la política la ocupa Mars, la cuarta Unilever, la quinta ADM y la sexta Nestlé, la mayor empresa productora de ultraprocesados en el mundo. La clasificación no califica la efectividad de estas corporaciones en capturar la política. En este sentido, es importante señalar la efectividad que ha tenido Nestlé en México para capturar la política. En el ranking general, Nestlé ocupa el sexto lugar, sin embargo, destaca por mucho en el primer lugar en recursos destinados a la ciencia. Si Coca-Cola ocupa el segundo lugar en recursos destinados a la ciencia obteniendo una calificación de 3, Nestlé, que ocupa el primer lugar, obtiene una clasificación de 8. No hay ninguna diferencia tan marcada en el ranking establecido por Feed the Truth como éste que muestra una muy fuerte inversión estratégica de Nestlé en ciencia, muy por encima de las demás corporaciones. Esta inversión estratégica ha logrado la captura efectiva de la política a través de sus inversiones en el mundo académico y científico. Como vemos, Nestlé, la mayor empresa productora de ultraprocesados en el mundo, tiene sus mayores inversiones dirigidas a capturar la política a través de la ciencia y México es el mejor ejemplo. Si partimos de que las políticas de salud y nutrición se hacen bajo la influencia de la academia, tomar la academia es estratégico para capturar estas políticas, capturar a la academia es capturar la política. Contrario a toda la evidencia y las recomendaciones internacionales, por ejemplo, la mayor parte de los profesionales de la salud que asesoran a las mujeres con hijos en nuestro país son los principales responsables de que tengamos uno de los más bajos niveles de lactancia materna en el continente. Las encuestas demuestran que la mayor parte de las mujeres alimentan a sus hijos con sucedáneos de la leche materna por recomendación de un profesional de la salud. Ese profesional se ha formado bajo las premisas de la industria de los sucedáneos y no bajo la evidencia científica. Existen diversas condiciones en la vida actual que complican a las mujeres amamantar a sus hijos, sin embargo, cuando los profesionales de la salud recomiendan los sucedáneos están agudizando este problema y bloqueando distintas alternativas. Personal de Nestlé, en acuerdo con la Secretaría de Salud, durante años, preparó a los promotores de la lactancia materna de las propias instituciones públicas. No es de extrañar esta situación cuando diversos funcionarios y secretarios de salud de las administraciones anteriores habían pasado por la Fundación Mexicana para la Salud (FUNSALUD) que tiene su programa de nutrición cubierto con fondos de Nestlé. De hecho, este programa se llama Fondo Nestlé para la Nutrición. Funsalud, que representa los intereses del sector privado, a las más grandes empresas de la industria farmacéutica, de alimentos y hospitales, ha intervenido directamente en el diseño de gran pare de las políticas de salud en nuestro país. Esto explica el éxito de la inversión en “ciencia” para la captura de la política. Feed the Truth ha realizado este ranking considerando que:“Las corporaciones alimentarias y agrícolas más grandes del mundo tienen un enorme poder y control sobre prácticamente todos los aspectos de nuestro sistema alimentario y las reglas que lo rigen. Big Food ejerce este poder en la arena política a su favor utilizando una variedad de tácticas, desde cabildear a los legisladores y financiar campañas políticas hasta financiar organizaciones de investigación y sin fines de lucro para apoyar sus agendas políticas, y lo hacen de manera opaca y con poca supervisión. Esta falta de transparencia significa que las corporaciones pueden vendernos una imagen familiar, con los trabajadores y el medio ambiente, incluso cuando gastan mucho en bloquear políticas que mejorarían la salud pública, reducirían la desigualdad y la pobreza y ayudarían a prevenir el colapso climático”. Por todo lo anterior, es urgente la transparencia de estas prácticas y que se establezcan mecanismos efectivos para evitar la interferencia de las corporaciones en las políticas públicas y el conflicto de interés en quienes participan en su diseño, aplicación y monitoreo. Hay buenos ejemplos y muy malos ejemplos en el mundo. En México, durante esta administración se han dado buenos ejemplos. Sin embargo, existen grupos al interior del Gobierno y en partidos de oposición que están actuando de forma coordinada con los cabilderos de las corporaciones para impedir el avance en políticas esenciales para la protección de la salud y el medio ambiente, en un país en profunda crisis en estos ámbitos.