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El título de esta columna no corresponde a una frase del candidato colombiano de izquierda Gustavo Petro, sino a una calificación de sus últimos hechos en la campaña por la Presidencia de la República.

Esta semana hubo una verdadera bomba noticiosa: Petro se había reunido con el Papa. Hay constancia gráfica del evento, según imagen difundida por los diarios POR ESTO!

Apareció también una fotografía de su reunión con Thomas Piketty, autor de “El capitalismo en el siglo XXI”, quien actuará, según dijo el candidato, como asesor en su gobierno “en la búsqueda de la producción y la equidad” y con quien habló sobre el concepto del capital, del trabajo del chileno José Gabriel Palma, que “pide a América Latina parecerse a la economía de Corea del Sur”, y de las posibilidades de consolidar una escuela de pensamiento económico en América Latina.

Hace 15 días se reunió en España con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, la vicepresidenta segunda y ministra del trabajo, la ministra de Derechos Sociales, ambas de Unidas Podemos, y con el expresidente Felipe González. En estos días estará reuniéndose con empresarios españoles.

La vicepresidenta y canciller de Colombia, Marta Lucía Ramírez, le exigió a Sánchez que se reuniera también con todos los demás candidatos, algo realmente imposible porque las coaliciones de centro y de derecha aún no han escogido a su candidato, que debe surgir de una consulta que se realizará el 13 de marzo. Así que hasta ahora tienen sólo precandidatos. Y el candidato del partido de gobierno, el Centro Democrático, Oscar Iván Zuluaga, no tiene posibilidades de triunfo ni aun interpretando de la manera más benigna en su favor la actualidad política del país. El otro candidato, el independiente Rodolfo Hernández, sin subestimarlo porque ha escalado rápidamente en las encuestas, tiene un perfil apenas parroquial sin plataforma política estructurada y ninguna proyección internacional.

De todas maneras, como Sánchez recibió a Petro en la sede del PSOE y no en la casa de gobierno, siempre podrá hacer el “esguince” de decir que no lo hizo en su carácter de Presidente del país; pero es difícil suponer que tuviera esa defer="true"encia si no le viera al candidato una posibilidad cierta de ganar la presidencia. Él sabrá cómo responder a los candidatos que posiblemente estén ya haciendo gestiones para ser recibidos.

La diplomacia papal también afinará sus pontificales maneras para evadir la avalancha de solicitudes de audiencia de los políticos con ambiciones presidenciales.

Hasta el momento es el único político colombiano a quien el futuro presidente de Chile, Gabriel Boric, ha dicho públicamente no sólo que lo invitará a su toma de posesión, sino que piensa hacer una alianza progresista con él, lo cual equivale a darlo como ganador.

En todos los debates Petro ha expuesto un programa socialdemócrata, que ha llevado a los moderadores de esos encuentros a calificarlo como quien mejor domina todos los temas y mejor estructura una propuesta de gobierno. Estas giras internacionales: la del Papa, Felipe González, Pedro Sánchez y empresarios españoles, más el anuncio de asesoría de Piketty y la futura alianza con Boric, fortalecen su presentación como político moderado, un guerrillero que se desmovilizó y ha sido leal a sus compromisos con la democracia, que tiene experiencia administrativa como alcalde de Bogotá y durante varios periodos el mejor senador: un buen empaque de estadista.

Las posibles alianzas, ninguna confirmada, de las que se ha hablado en las redes sociales, con representantes caracterizados de los vicios de la vieja política que él ha prometido erradicar, y aún con personas situadas en polos opuestos a sus principios, suponen por su parte una capacidad muy grande de ascendencia sobre sus seguidores para llevarlos a aceptarlas y por la de ellos una confianza firme en que podrá mantener el eje de su propuesta progresista.

Precisamente al precandidato de centro Alejandro Gaviria, exrector de la Universidad de los Andes, lo forzaron a rechazar el apoyo del expresidente Gaviria, de quien se dice que podría apoyar a Petro, para ser aceptado en la coalición Centro Esperanza.

Si bien Petro cuenta con la mayor aceptación del electorado, tiene también un porcentaje de imagen negativa que necesita abatir y la campaña sucia en su contra seguramente arreciará en la medida en que se acerque la fecha de las elecciones. Es un tribuno en la plaza pública donde electrifica multitudes y, reitero, en sus confrontaciones con los demás candidatos y precandidatos obtiene la mejor calificación, pero sus adversarios no están solo en la extrema derecha, la derecha, algunos del espectro de centro, sino también quienes caigan en la trampa de asustarse con su inexistente comunismo.

Este es su momento, tal vez irrepetible. Él demuestra saberlo y parece haber dominado la arrogancia que le impedía armar equipos de trabajo.

La entrevista con el Papa implicó una operación en completo sigilo de sus asesores, por tres meses, ante la Nunciatura Apostólica (embajada del Vaticano) con gran eficacia, que no hubiera podido desarrollarse sin la orientación permanente del candidato: prefiguración de un nuevo y futuro estilo de trabajo. Esperemos que persista.

 

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