Desde variados ámbitos, a través de su historia, México, como nación, ha quedado a deberle a Yucatán por sus aportaciones hechas. Entre sus principales deudas destaca una particularmente: nunca ha habido un presidente de la República yucateco. Antes de la Conquista, en la Península de Yucatán se asentó una de las culturas más importantes del continente, con la relevancia de las grandes civilizaciones de la antigüedad, como la mesopotámica o la egipcia: la Maya, la cual forma parte del crisol de culturas que hoy es México.
Asimismo, el marco institucional mexicano ha obtenido contribuciones de yucatecos de la talla de Manuel Crescencio Rejón, Andrés Quintana Roo o Héctor Victoria Aguilar, el Primer Congreso Feminista de 1916, que reunió a talentosas mujeres, precursoras de la igualdad entre los géneros, por citar unos cuántas aportaciones de Estado; en la ciencia y el arte, de igual manera, Silvio Zavala, José Luis Cuevas, Armando Manzanero, entre otros, han colaborado a la identidad mexicana; sin dejar a un lado la gastronomía y el enriquecimiento de la lengua maya al español que se habla en México.
Sería inexacto atribuirle únicamente a la deuda mexicana la inexistencia de un presidente de la república yucateco; igualmente, causas locales han impedido que se pueda contar, en la primera magistratura, con un representante de esta región del país. El régimen autoritario predominante en México, en sus distintas expresiones, desde su independencia dificultó, sin duda, que un Estado con las características de Yucatán se impusiera al centralismo imperante desde los tiempos del dominio azteca. Sin embargo, la transición democrática actual, abre la posibilidad de romper ese maleficio político.
A pesar de no haber nacido en suelo yucateco, hace unos días Mauricio Vila Dosal, el Gobernador de Yucatán, externó su interés por ser el candidato de la Alianza opositora Va por México, integrada por su partido, el PAN, junto con el PRI y el PRD, lo cual podría considerarse como la posibilidad de tener, por vez primera, un jefe del Estado mexicano proveniente de estas tierras del Mayab.
Para lograr la candidatura el reto no es menor y el camino aún es largo y sinuoso, son varios los obstáculos a superar para después ganar la elección a la alianza oficial encabezada por Morena, con el PVEM y el PT a su lado. Ser el Gobernador mejor calificado no es una carta de presentación contundente, ya que los yucatecos se caracterizan por calificar a sus autoridades con alta aceptación cuando se les pregunta en una encuesta su opinión acerca de sus gobernantes; cuando menos los últimos cuatro titulares del Poder Ejecutivo yucateco aparecieron en el primer lugar del ranking de gobernadores en su momento.
De igual modo, el hecho que el PAN lleve el proceso de selección del candidato de la Alianza Va por México, no garantiza que sea un panista quien la encabece en la elección de 2024; cada vez son más las voces que sostienen que esa candidatura debe surgir de un proceso democrático, el cual incluya a la sociedad civil y no sea un acuerdo entre las cúpulas de los tres partidos integrantes a manera de reparto de un botín; sino por el contrario, que sea a través de elecciones primarias, de manera abierta y pública, se elija al candidato.
Los asuntos locales juegan un papel estratégico en esta ecuación, es incongruente aspirar a ser el candidato a presidente de la República de partidos diferentes al suyo cuando en la entidad que gobierna Mauricio Vila Dosal, no cuente con el apoyo de esos partidos.
Poco tiempo después de su informe, distintas voces del panismo yucateco externaron su opinión acerca de la inexistencia de una alianza con el PRI, su presidente nacional, Marko Cortés, les dejó la decisión a los panistas locales donde la voz del gobernador Vila es la de mayor jerarquía; incluso, su principal aspirante, el actual al alcalde de Mérida, Renán Barrera, ha manifestado que existen sumas que restan, en clara alusión a la inviabilidad de unirse al PRI. De igual manera, en el partido tricolor no son pocas las voces que manifiestan que un acuerdo electoral con el PAN es imposible por el histórico enfrentamiento que ha existido a lo largo de los años.
Algunos van más allá, al señalar que la alianza debe ser con la izquierda, pues al jugar solo el PRI le estaría haciendo un favor gratuito al PAN, pues sus votos son más afines a Morena y evitaría que se vayan al partido guinda. Ahí está el primer gran reto del aspirante Vila Dosal a la presidencia de la República: conciliar los intereses locales de su partido con su principal aliado nacional.
Si queremos pensar que en este 2024 se salda la deuda histórica de México con Yucatán: ese es el primer paso.