Desde el corazón de Mérida, Yucatán, y con más de 15 años sumergido en el ámbito legislativo y otros más en el ejecutivo y privado, tengo el honor de compartir mis reflexiones.
Infraestructura Carretera:Nuestro Pulso Económico
Nuestra red carretera ha sido el sistema de arterias que ha impulsado el desarrollo de México. En la segunda mitad del siglo XVIII se priorizaron los ferrocarriles, lo que llevó a un avance carretero más pausado. Sin embargo, en la era postrevolucionaria esta dinámica cambió. Se erigieron importantes ejes carreteros y se unieron numerosos poblados a través de carreteras interestatales, estatales, rurales y alimentadoras. Estas se clasificaron en tres categorías principales: federales, estatales y concesionadas.
La conservación y el mantenimiento de estas carreteras son esenciales y se han adjudicado a cada uno de los tres responsables mencionados. Anualmente, la asignación presupuestaria para este rubro ha sido tema de debate para los legisladores en sus respectivos congresos.
El progreso en infraestructura carretera ha sido notable, aunque no uniforme en todos los estados debido a las vastas necesidades y a un presupuesto a menudo limitado. Es preocupante observar que, en tiempos recientes, gran parte del presupuesto para este rubro se ha desviado hacia grandes proyectos como el Tren Maya y el Transístmico, dejando de lado la construcción de nuevas carreteras y permitiendo el deterioro de las ya existentes. Restaurar estas carreteras a niveles óptimos de conservación será un desafío considerable en el futuro.
Es imperativo que tanto el Gobierno como los legisladores presten especial atención a esta situación. Las carreteras son esenciales para el desarrollo de cada rincón del país. Con las intensas lluvias recientes, hay comunidades enteras que se encuentran prácticamente aisladas, afectando el suministro de alimentos y de las cosechas nacionales. Es nuestro deber garantizar una infraestructura robusta y resiliente para el bienestar de todos los mexicanos.
Infraestructura ferroviaria: retos y advertencias
Los ferrocarriles son más que una pieza histórica; son el reflejo de nuestra capacidad para mover grandes volúmenes de carga a largas distancias de mínimo 400 km para optimizar costos. Sin embargo, en las últimas décadas hemos sido testigos de una desaceleración en el desarrollo de esta infraestructura vital. La disminución ha sido tan marcada que hemos visto desaparecer varias líneas, incluidos los ferrocarriles del sureste, Chiapas-Mayab y los ferrocarriles unidos de Yucatán, entre otros.
En este contexto, proyectos recientes como el Tren Maya se presentan como oportunidades de revitalizar el sector. Con su ruta desde Chiapas hasta Cancún, este proyecto idealmente se conectará con la línea que proviene de la Ciudad de México. Esto significa que destinos como la Riviera Maya, Campeche y Yucatán finalmente podrían beneficiarse de una línea eficiente para la carga que llega hasta el Caribe. No obstante, mientras el aspecto de carga parece prometedor, existen serias dudas sobre la viabilidad de su segmento de pasajeros. A pesar de las incertidumbres, es un deseo compartido que el proyecto prospere por el bien del Sureste mexicano.
Por otro lado, la trayectoria completa del Tren Maya presenta interrogantes de viabilidad que no pueden ser ignoradas. Los gobiernos del Sureste deben proceder con cautela y asegurarse de no comprometer sus finanzas al asumir la operación del tren. Los desafíos son aún más palpables en tramos como Cancún-Tulum, donde lo que realmente se necesita es un tren de baja velocidad, alta frecuencia y paradas recurrentes, para despejar el tráfico y reducir los accidentes en la carretera costera.
El Tren Transístmico es otra gran promesa. Se espera que este proyecto permita a una porción del tráfico marino evitar el Canal de Panamá, ofreciendo una vía para abastecer a México e incluso a los Estados Unidos al conectarse por tierra con toda América del Norte. Este ha sido un proyecto muy esperado y las expectativas son altas en cuanto a su éxito. Resumiendo, los ferrocarriles en México no sólo necesitan inversión, sino también una visión estratégica y apoyo continuo para asegurar su desarrollo. Su revitalización es fundamental para mejorar la competitividad del país en el escenario global.
Infraestructura portuaria: Más allá de los mares
México, siendo una nación con miles de kilómetros de costas en dos de los océanos más grandes del mundo, cuenta con los puertos como ejes cruciales de su desarrollo. Estos puertos han sido testigos de un crecimiento sostenido y cada uno de ellos posee características y necesidades particulares. Son, sin lugar a dudas, esenciales para el comercio exterior del país, gestionando más del 80 por ciento de las mercancías que entran y salen de nuestras fronteras.
El puerto de Progreso, ubicado en Yucatán, es un claro ejemplo de este desarrollo. En las últimas décadas ha experimentado una expansión notable y actualmente está en medio de proyectos de modernización para potenciar su eficiencia y capacidad. Aunque hablar detalladamente de cada puerto sería una tarea extensa, es importante mencionar que la Secretaría de Marina (SMN) es la encargada de su operación. A pesar del respeto que merece esta institución, se enfrenta al desafío de impulsar una correcta comercialización y alinear inversiones que incrementen el flujo económico hacia cada puerto.
En el contexto yucateco, las discusiones sobre las inversiones más productivas para el puerto han sido constantes. Una de las acciones más relevantes en marcha es la construcción de un puente para descongestionar el puerto de Progreso, optimizando así el flujo de vehículos para la carga. Adicionalmente, es imperativo abordar otras necesidades, como el rescate de muelles inoperantes y la ampliación y profundización del canal para garantizar la seguridad portuaria. Aunque existen múltiples ideas sobre cómo mejorar la infraestructura portuaria, todas deben ser abordadas con un plan estratégico y ajustadas al ritmo de la disponibilidad presupuestaria.
Es esencial que, al mirar hacia el futuro, no solo consideremos las grandes obras sino también las intervenciones estratégicas que pueden hacer una diferencia significativa en el desempeño y la competitividad de nuestros puertos. Con un enfoque equilibrado, México puede fortalecer su posición como un líder en logística portuaria en la región.
Infraestructura de telecomunicaciones: El nuevo horizonte
En la era digital, no podemos hablar de infraestructura sin mencionar las telecomunicaciones. De acuerdo con el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), aunque México ha visto un crecimiento en el acceso a internet y telefonía móvil, aún enfrentamos desafíos en cobertura y calidad, especialmente en regiones rurales. Al igual que con las carreteras y ferrocarriles, es imperativo diversificar las inversiones y no centrarse únicamente en grandes proyectos urbanos. Nuestra competitividad en el siglo XXI depende también de la velocidad y alcance de nuestra red digital.
En conclusión, aunque es tentador enfocarse en proyectos monumentales que prometen transformaciones rápidas, debemos mantener una visión panorámica y equilibrada. El desarrollo de México requiere una inversión estratégica en todas las áreas de infraestructura. Dejémonos guiar por la prudencia y la visión a largo plazo, para garantizar un futuro donde todas las regiones y sectores del país prosperen.