El globo chino, descubierto por Estados Unidos y derribado a 15 mil metros de altura con un misil disparado por un caza, pudo haber sido un artefacto meteorológico, como el U-2 pilotado por Francis Gary Powers abatido sobre la Unión Soviética en 1960 que, según se dijo entonces, era un aparato en vuelo de investigaciones climáticas.
En mayo del 1960, Francis Gary Powers, en uno de los cientos de vuelos espías que desde el 1956 realizaban los aviones espías U-2, despegó de Pakistán con la misión de volar seis mil kilómetros sobre la Unión Soviética, fotografiando y filmando a su paso, hasta aterrizar en Noruega. Al ser derribado, Estados Unidos alegó que el aparato realizaba observaciones meteorológicas y que penetró en el espacio aéreo soviético por error.
Durante cuatro años, los soviéticos contemplaron aquellas naves que, al volar a 20 mil metros de altura eran inalcanzables para sus misiles y aviones hasta que un innovador oficial de artillería concibió la idea de utilizar no un misil para impacto directo, sino una salva de varios que, detonando a la vez, crearan una “onda de choque”. Aquel día, lanzó a la vez 14 misiles tierra-aire que, al estallar simultáneamente, crearon un ambiente que dañó el aparato provocando su caída, lo cual explica que el piloto sobreviviera y las cámaras y el material fílmico se recuperaran y la explicación meteorológica se esfumara.
Más de 60 años después otro caso, de presunto espionaje aéreo, esta vez no verificado, supuestamente realizado mediante un globo chino, cosa difícil de similar por tratarse de un país que cuenta con satélites y naves espaciales, mueve las tintas. El pasado 28 enero un aerostato de grandes dimensiones, no tripulado ingresó a territorio de Estados Unidos desde Canadá por algún punto de Alaska.
En esa fecha los altos mandos militares fueron alertados. El presidente Joe Biden lo supo el 31. Según trascendidos desde dos días antes, la exploración estadounidense avistó el aparato mientras se aproximaba y envió aviones de combate para hacer una identifi cación positiva. Alrededor del 31 el artefacto giró al sur y entró en territorio continental de los Estados Unidos ubicándose sobre el estado de Montana. Según un probable modelo de trayectoria desde China a Alaska, el globo recorrió unos 7 mil kilómetros sobre el Pacifi co, pasó cerca o sobre Japón, se aproximó a la península rusa de Kamchatka y a las islas Aleutianas, sobrevoló Canadá cerca de la ciudad de Vancouver hasta llegar a Montana.
De Alaska a Montana el globo recorrió unos 3 mil kilómetros y otros tantos de allí hasta Carolina, sobrevolando varios estados del noroeste de Estados Unidos, donde hay ciudades, bases aéreas y silos con misiles nucleares. Tal vez la fuerza aérea y la CIA no mostraron prisa porque les interesaba más observar y estudiar el dirigible que no representaba un peligro inmediato y obtener información técnica y de inteligencia sobre el mismo antes de derribarlo, para lo cual habría tiempo y oportunidad. Si los soviéticos esperaron cuatro años para abatir el U-2, bien podían ellos esperar cuatro días.
En materia de aerostatos, Estados Unidos posee experiencia. Peter Bergen, analista de seguridad nacional de CNN, cuenta que, en el 1954, su padre, oficial de las fuerzas aérea de Estados Unidos, fue destinado a la base aérea de Wright-Patterson, en Ohio, en la cual trabajó en el proyecto “Gran Unión” que desde Turkiye enviaba globos a espiar sobre la Unión Soviética. Para las autoridades chinas, el derribo de una nave civil de investigación científica es una reacción desmesurada de Estados Unidos, pero, según el secretario de Defensa, Lloyd Austin, “...El globo era utilizado por China para vigilar sitios estratégicos en los Estados Unidos...”. Por su parte, el analista de Defensa de RAND Coorporation, Timothy R. Heath, cree que la aeronave no suponía una amenaza de seguridad...” Lo que se ignora es en qué momento de la larga y lenta trayectoria del aparato a la deriva, China perdió control sobre el mismo y por qué no avisó a las autoridades de Estados Unidos y Canadá del vuelo inocente del aparato.
Estados Unidos que mostró una extraña indiferencia o lentitud en el derribo del globo, una vez abatido se emplea a fondo para la recuperación de sus restos en aguas del Atlántico, en lo cual participan buzos, y zapadores de la base naval anfi bia Little Creek de Virginia, cazas F-15, un avión Poseidón, el buque de guerra anfibia USS Carter Hall, el crucero USS Philippine Sea, el destructor USS Oscar Austin, y el buque de investigación oceanográfi ca USNS Pathfi nder. Según el general Glen VanHerck, jefe del Comando de Defensa Aeroespacial de América del Norte de EE.UU. y Canadá, “El Pathfi nder traza un mapa para ubicar los restos de aerostato y según reveló miembros del FBI colaboran con agentes del Servicio de Investigación Criminal Naval.
Según el portavoz del Pentágono Pat Ryder, después del derribo, el Departamento de Defensa de Estados Unidos solicitó una llamada telefónica entre el secretario de defensa Lloyd Austin y su homólogo chino, Wei Fenghe, la cual fue declinada por la parte china.
A su vez el encargado de negocios de la embajada china en Estados Unidos, Xu Xueyuan, presentó una queja formal por el “ataque contra una aeronave civil no tripulada china”. En cualquier caso, si bien el gigantesco artefacto el tamaño de tres ómnibus, realizado con tecnología del siglo XXI y con capacidad de carga para incluir suficiente aviónica y equipamiento, no representa una hazaña tecnológica, evidencia una dinámica actividad en áreas lejanas, cosa que China niega.
En cualquier caso, se trata de otro episodio, ajeno al tradicional comedimiento de China que no suele involucrarse en incidentes evitables, aunque este evento, echa leña al fuego de una confrontación bilateral en franca ruta de colisión y en la cual no aparece el momento de dar paso atrás para evitar la confrontación que puede ser evitada.