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Opinión

Otros perdonados

Tras un intento de Golpe de Estado en Rusia por parte del Grupo Wagner, Vladimir Putin, en un hecho histórico, otorgó el perdón al responsable del intento de derrocarlo

El perdón otorgado por el presidente ruso Vladimir Putin a Yevgeny Prigozhin parece históricamente justificado. La explicación de que se hizo para evitar un “baño de sangre” y una guerra civil parece convincente. De haberse razonado siempre con esa altura, Rusia, Ucrania y toda Europa no vivirían la tragedia que las envuelve hoy. No obstante, aunque hay tiempo para rectificar, falta la voluntad para hacerlo. En cualquier caso, no es el primer perdón.

En el siglo XIX, entre el 1861 y el 1865, tuvo lugar en Estados Unidos una de las dos guerras civiles más letales de los tiempos modernos, saldada con alrededor de un millón de muertos, superada por la que entre el 1918 y el 1920 tuvo lugar en Rusia con motivo de la Revolución Bolchevique y que, al asociarse a la Primera Guerra Mundial, conllevó a la intervención extranjera.

En el 1861, en defensa del presunto derecho a conservar la esclavitud, no prohibida por la Constitución, siete Estados del Sur (Carolina del Sur, Mississippi, Florida, Alabama, Georgia, Luisiana y Texas) se separaron de los Estados Unidos de América, cosa no prevista ni autorizada por la Constitución. Entonces se trató de la mitad del país que contaba con 15 Estados.

En su discurso inaugural, el 4 de marzo de 1861, el extinto presidente Abraham Lincoln, se esforzó por evitar la guerra, pero fue firme al considerar inaceptable la secesión. No conformes con la separación de cada uno de ellos, los territorios separatistas se unieron para fundar un nuevo país y constituir un nuevo Estado, denominado Estados Unidos Confederados de América, con una Constitución diferente, así como instituciones propias (Congreso, Corte Suprema, Ejército, Policía y todas las demás).

En el 1862, Jeff erson Davis (1808-1889), un antiguo militar participante en la guerra contra México, representante y senador federal, exsecretario de guerra, fue nombrado presidente.

La secesión provocó la Guerra Civil que durante casi cinco años enfrentó al país provocando la mayor tragedia humanitaria ocurrida en el hemisferio, incluyendo el asesinato del presidente Abraham Lincoln. Finalmente, el 9 de abril del 1865, la Guerra Civil concluyó con la victoria del Norte sobre el Sur, técnicamente de los Estados Unidos de América sobre los Estados Unidos Confederados, otro Estado que fue derrotado y ocupado.

En un crispado clima de odio, ante el Gobierno Federal se planteó el dilema de qué hacer con decenas de generales, congresistas, jueces y ministros sureños, hasta dónde mantener la ocupación de los Estados vencidos y cómo tratar al presidente Jefferson Davis acusado de traición, quien se mantuvo prisionero por casi dos años. Se le concedió fianza y en el 1868 el Gobierno Federal retiró los cargos por lo cual fue puesto en libertad.

Respecto a los Estados sureños ocupados se estableció una etapa llamada de Reconstrucción que permitió el restablecimiento de las instituciones, la celebración de elecciones locales y estaduales, y la reincorporación de los Estados a la Unión.

En la etapa de la Reconstrucción, aprovechando las bondades de la democracia, los oligarcas esclavista sureños retomaron el poder y usando los derechos concedidos por las estructuras federales, dictaron leyes racistas conocidas como los Códigos Negros y las Leyes Jim Crow que establecieron la segregación racial.

Los hechos y las lecciones quedaron a la vista: ser generoso no es necesariamente ser efi caz y el perdón no es lo mismo que la impunidad.

 

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