En términos militares el Mar Negro es un lago compartido entre Ucrania, Rusia y la OTAN, más otros cuatro países, todos involucrados en la guerra.
Rusia tiene allí unos mil 500 kilómetros de costas con varias bases navales y la Flota del Mar Negro con más de 50 buques de guerra, entre ellos seis submarinos. Ucrania no cuenta con ninguno, mientras la OTAN dispone de las fuerzas aeronavales de: Bulgaria, Rumania y Turquía.
Aun en medio de la guerra en el 2022, debido principalmente a consideraciones económicas, se firmó un acuerdo que permitía a Ucrania exportar cereales y a Rusia fertilizantes. En el Mar Negro está uno de los tres puertos rusos navegables todo el año y su único acceso al Mediterráneo, y por esa vía al Atlántico, al Mar Rojo y al Océano Índico.
El hundimiento del Moskva, buque insignia de la flota rusa en el Mar Negro el 14 de abril del 2022, la reconquista de la Isla de las Serpientes por Ucrania en julio de ese mismo año, así como sus reiterados ataques con misiles y drones a objetivos en Crimea, entre ellos el puente de Kerch que une a Rusia con península, han conllevado a contrataques rusos contra las ciudades portuarias ucranianas, especialmente Odessa.
La situación ha conducido a anuncios de Rusia y Ucrania acerca de que los buques que, con cualquier bandera, transiten por el Mar Negro al servicio de uno de ellos, serán considerados “blancos militares” por el otro. Este enfoque, además de pasar por alto las reglas sobre la libertad de comercio y las convenciones sobre Derechos del Mar, no tiene en cuenta que otros cuatro países tienen costas en ese mar y que tres, Turquía, Bulgaria y Rumanía son parte de la OTAN.
Al no contar con ningún buque de guerra, Ucrania no puede, por sí misma, respaldar la amenaza. En cambio, Rusia, que a pesar de sus escasas facilidades navales (excepto en submarinos) debido a que la mitad de su geografía de 17 millones de km², está por encina del paralelo 50, más cerca del Ártico que del ecuador y, exceptuando el Mar Negro, sólo cuenta con dos puertos libres de hielo todo el año: Múrmansk, en el Océano Ártico, y Kaliningrado, en el Mar Báltico.
A propósito de la situación creada, el almirante estadounidense retirado, James Stavridis, excomandante de la OTAN en Europa, ha sugerido desplegar unidades navales de la OTAN en el Mar Negro para escoltar a los navíos que transitan hacia o desde Ucrania, en particular a aquellos que transportan granos.
El hecho de que los países ribereños del Mar Negro, Turquía, Bulgaria y Rumania, utilicen intensamente esas aguas para su actividad comercial y cuenten con bases militares en esos litorales, significa un peligro inminente para el escalado de la guerra.
El problema es que el ataque a un navío con bandera de cualesquiera de esos países pudiera dar lugar a que se invoque el Tratado del Atlántico Norte o Tratado de Washington, firmado el 4 de abril del 1949, en virtud del cual se creó la OTAN.
Según el Artículo V, de este pacto: “Un ataque a un miembro de la Organización sería considerado un ataque contra todos los Estados” miembros. De ese modo, queda servida la mesa para una guerra total: 40 países contra Rusia, tres de ellos con armas nucleares. En la guerra naval, sólo puede vencer quien la evite.