Las categorías políticas son parte de la cultura universal. Los orígenes de algunas se pierden en la memoria de los tiempos, dando la impresión de haber existido siempre: libertad es una de ellas. Cada cierto tiempo, el lenguaje político introduce nuevas categorías, algunas resultan efímeras, otras se establecen definitivamente como es el caso de “Occidente”.
Las hay atractivas, aunque no llegan a ser universales ni eternas, como “Nuevo mundo”, expresión entronizada desde el siglo XVI para nombrar las tierras incorporadas a partir de Cristóbal Colón que es poco utilizada. Algunas categorías son derivadas de fenómenos existentes, como “colonialismo e imperialismo”.
La primera fue popularizada a partir del siglo XV cuando las potencias europeas establecieron los imperios coloniales de ultramar. Luego, por una explicable analogía, en el siglo XX se utilizó el término “imperialismo” para identificar a países que, sin dominar territorios ajenos, practicaban una política análoga a sus ancestros históricos.
Se atribuye a Karl Marx la paternidad del término “capitalismo”, empleado para designar un Estado civilizatorio (no una forma de Gobierno) en la cual el capital que, para él no es sólo el dinero, sino una relación social de producción que incluye los medios para producir y las relaciones establecidas en ese proceso, principalmente los vínculos entre el capital y el trabajo en el cual se genera la plusvalía.
“Naciones Unidas” fue utilizado por primera vez en la Carta del Atlántico presentada por el presidente de Estados Unidos Franklin D. Roosevelt al primer ministro británico Winston Churchill y luego adoptada por los países que formaron la coalición antifascista, mientras “Cortina de hierro” es de la autoría de Churchill quien lo utilizó por primera vez en un discurso en la universidad del Fulton, Missouri, el 5 de marzo del 1946.
La expresión “Guerra Fría” fue popularizada por Walter Lippmann que, en el 1947, publicó como título de uno de sus libros The Cold War. Se trata de uno de los grandes intelectuales estadounidenses vinculados a la política. Consejero del presidente estadounidense Woodrow Wilson. Colaboró en la redacción de los 14 puntos y en el diseño de la Sociedad de Naciones.
Se hizo miembro de la Sociedad Phi Beta Kappa, una entidad cultural norteamericana cuyo lema es: “El amor por el aprendizaje es la guía de la vida”. Por otra parte, “Tercer mundo” fue entronizada por el demógrafo, antropólogo e historiador francés Alfred Sauvy en el 1952, como una analogía con el denominado “Tercer Estado” en la Revolución Francesa.
En este caso se trataba de diferenciar a los países subdesarrollados o en desarrollo de Asia, África y América Latina, de los grandes polos formados por las naciones ricas y de los Estados exsocialistas. La expresión tiende a caer en desuso. Recién han entrado en circulación varias categorías entre ellas “Occidente global” y “Sur profundo”, utilizadas sobre todo para proponer explicaciones y promover alianzas ante fenómenos como la guerra en Ucrania.
Se trata de una labor de proselitismo para sumar más países a nuevas alianzas para enfrentar presuntas confrontaciones entre el llamado “Occidente global”, cuya demonización se propone, y el Sur profundo. Puede que tales conceptos se establezcan y que las nuevas concertaciones funcionen, lo cual es menos probable.
Ya se esfumó la idea del “conflicto de civilizaciones”. Estoy seguro de que términos y propuestas, ligados a las confrontaciones y a las guerras, así como viejas alianzas para ese fin como la OTAN, también lo harán.