Opinión

Polos de Desarrollo con Visión Sustentable en México

El aumento del 2.2% en la inversión extranjera durante 2023 es un indicador de crecimiento económico y posiciona a México
Polos de desarrollo con visión sustentable en México

El incremento en la demanda energética en México, impulsado por el crecimiento poblacional y económico, plantea desafíos significativos para la seguridad energética y el cumplimiento de los objetivos climáticos nacionales.

Es crucial garantizar la disponibilidad continua de energía a precios accesibles y, simultáneamente, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para cumplir con los compromisos internacionales contra el cambio climático.

El aumento del 2.2% en la inversión extranjera durante 2023 es un indicador de crecimiento económico y posiciona a México entre las 20 mayores economías del mundo, miembro del G20.

No obstante, es fundamental gestionar este crecimiento de manera sostenible para evitar consecuencias negativas a largo plazo, similares a las experimentadas en la época de las maquiladoras en los 90 bajo el modelo neoliberal.

El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Tlcan), firmado en 1994, facilitó un aumento en la inversión extranjera que, aunque generó empleo, no siempre resultó en mejoras en el bienestar social o el medio ambiente. De hecho, las comunidades cercanas a las maquiladoras sufrieron impactos severos debido a la contaminación.

Actualmente, México se beneficia de una posición geo-económica privilegiada, que junto con el auge del nearshoring, hace que muchas empresas internacionales estén interesadas en invertir y trasladar sus operaciones al país. Este contexto aprovecha la mano de obra calificada y los abundantes recursos naturales y materias primas.

La propuesta de Claudia Sheinbaum, que incluye el desarrollo de 22 polos de bienestar y la expansión de 12 polos industriales en el Istmo de Tehuantepec, así como 100 parques industriales en otras regiones, es una oportunidad para promover la innovación y la eficiencia mediante la electrificación con energías renovables y esquemas descentralizados.

Esta estrategia es especialmente pertinente en áreas donde la red eléctrica está saturada. Es esencial adoptar una estrategia de planificación sustentable para los nuevos polos de desarrollo, evitando el deterioro ambiental debido al mal manejo de los recursos naturales, la deforestación y la contaminación.

Esto incluye asegurar un suministro de energía confiable y sostenible que contribuya al cumplimiento de las metas climáticas y al bienestar de la población. Una medida clave es fomentar el uso de energías renovables en estos polos, lo cual ayudaría a reducir tanto las emisiones de gases de efecto invernadero como los costos de electricidad para la industria.

El proceso de otorgamiento de permisos para nuevos proyectos de energía renovable que superen los 0.5 MW, como los proyectos de abasto aislado, debe ser ágil.

Los incentivos fiscales, como la deducción del ISR y el predial, han demostrado ser efectivos en varios Estados para facilitar la implementación de proyectos como la energía solar y la cogeneración eficiente en esquemas de generación distribuida.

Además, la reducción de costos en tecnologías de energía renovable, incluyendo las baterías de almacenamiento de energía, permitirá una mayor adopción por parte del sector privado, aumentando la competitividad y eficiencia de la industria mexicana.

En un plan de transición energética, es crucial que el Gobierno adopte un enfoque estratégico para asegurar que las nuevas inversiones contribuyan efectivamente a la descarbonización de la industria mexicana de manera económica, al tiempo que garantizan un suministro de energía confi able para el bienestar de la población.